Corriente, comida y libertad: los cubanos regresan a las calles en protesta

Fue la jornada de protesta más multitudinaria desde las de julio de 2021, conocidas como «el 11J». Ahora, como hace tres años, el detonante ha sido la crisis económica persistente, cuyas expresiones más graves son los apagones de hasta 20 horas, la escasez de alimentos y medicinas, las violaciones de derechos humanos y la falta de libertades en la isla. 

En este Explicador te resumimos todo lo que sabemos de las manifestaciones. 

¿Dónde ocurrieron las protestas?

En horas de la tarde del domingo, y según reportes de la prensa internacional, varias personas protestaron por la escasez de insumos básicos y de electricidad en el reparto Veguita de Galo, de la oriental provincia de Santiago de Cuba. Posteriormente, a la manifestación se unieron cientos de personas.

Según reportes en redes sociales, la protesta ocurrió en la Carretera del Morro, cerca de la calle Gasómetro, en el reparto Veguita de Galo. Gracias a esta información y a periodistas independientes, Martí Verifica geolocalizó uno de los puntos de la protesta.

El poblado de El Cobre, también en Santiago de Cuba, fue otro foco de protestas. Los videos de habitantes marchando por el pueblo se difundieron ya entrada la noche en la isla. 

Las manifestaciones se extendieron a la vecina provincia de Granma. La evidencia visual consultada muestra a manifestantes pacíficos circulando por las calles del municipio capital. «Esto está bien lleno de gente pidiendo libertad y cambio», dijo Juan Carlos Flores a Martí Noticias.

En uno de los videos publicados, se puede observar a un grupo de ciudadanos caminar cerca del cartel de un restaurante. La localización exacta del lugar es en la calle Milanés 148.

En Santa Marta (Cárdenas), provincia de Matanzas, también ocurrieron cacerolazos y marcharon durante un apagón.

Hay más reportes de manifestaciones en otros puntos del país, pero hasta el momento no han sido confirmados.

¿Qué pedían los manifestantes?

En Santiago de Cuba los manifestantes pidieron «corriente y comida», uno de sus reclamos principales motivados por la crisis económica que vive el país. También corearon «Patria y Vida», una consigna que se popularizó durante las protestas de 2021, en oposición al histórico lema oficialista de «Patria o Muerte».

Los bayameses exigieron lo mismo. En los videos, además, se escucharon gritos de «Libertad» y «El pueblo unido jamás será vencido».

Ante el amplio despliegue de fuerzas policiales, los habitantes de El Cobre añadieron la consigna de «No más violencia». Cuando la primera secretaria del Comité Provincial del Partido Comunista en Santiago de Cuba, Beatriz Johnson Urrutia, trató de aplacar las protestas le dijeron «no más muela», una expresión cubana que se refiere a que no diera más excusas.

Tanto en El Cobre como en Bayamo algunos manifestantes entonaron las notas del himno nacional de Cuba.

¿Cuál fue la respuesta de las autoridades?

Según el periodista Yosmany Mayeta, natural de Santiago de Cuba y exiliado en Estados Unidos, las autoridades locales trataron de calmar los ánimos con camiones de alimentos y restableciendo el servicio eléctrico.

En Bayamo los agentes policiales reprimieron a varios manifestantes, de acuerdo a evidencia visual difundida en redes sociales.También colocaron barreras con las patrullas para impedir el avance de la ciudadanía. Hasta el momento, el Grupo sobre detenciones políticas Justicia 11J, que se encarga de monitorear la respuesta estatal ante protestas, ha reportado una detención violenta en Bayamo (Leandro Tamayo Tito). La organización ha identificado al menos dos personas reportadas en «desaparición forzada».

Mientras se desarrollaban las manifestaciones, varios usuarios de redes sociales declararon tener dificultades para acceder al servicio de Internet y datos móviles. Las autoridades cubanas suelen responder con cortes de Internet a hechos de este tipo. Usuarios en el resto del país reportaron que la velocidad de conexión era muy lenta.

Varios observatorios de internet y expertos confirmaron una caída del tráfico durante las horas en que se desarrollaron las protestas.

¿Cuál ha sido la narrativa oficial?

La respuesta gubernamental se enfocó en deslegitimar los reclamos ciudadanos, acusando a cubanos en el exterior de instigar la protesta espontánea.

Medios oficiales, funcionarios y voceros del régimen del Partido Comunista, participaron en una campaña coordinada para divulgar una versión de los hechos que omite las expresiones abiertamente antigubernamentales de las protestas, e intentan normalizar la respuesta represiva del Estado cubano.

Cuando ya se estaba desarrollando la protesta inicial, en Santiago de Cuba, el gobernante Miguel Díaz-Canel y el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, postearon un mensaje idéntico felicitando al presidente ruso Vladímir Putin por su «reelección».

Más tarde ambos dirigentes, y varios funcionarios subordinados, reaccionaron a las protestas culpando a las sanciones estadounidenses, y hablaron de «injerencia extranjera». Esta es una narrativa desinformadora que el poder ya utilizó durante el 11J.

Por su parte, la Embajada de los Estados Unidos en La Habana instó «al Gobierno cubano a que respete los derechos humanos de los manifestantes y atienda las necesidades legítimas del pueblo cubano».

La estrategia de La Habana ha sido desplazar su responsabilidad y acusar a Estados Unidos de provocar las protestas con el embargo, pero como explicamos AQUÍ, la crisis tiene causas estructurales relacionadas con la naturaleza del sistema político, que han persistido por décadas, según expertos. 

La dirigente comunista Beatriz Johnson subió a su cuenta oficial en X la versión gubernamental de lo ocurrido en Santiago, en un pronunciamiento ante los medios estatales, ya entrada la noche.

Cuentas asociadas al Gobierno cubano publicaron fotos de calles vacías en varias localidades del país, para mostrar la aparente «tranquilidad». En una respuesta coordinada trataron de posicionar en X la etiqueta #CubaEsAmor, que fue replicada incluso por funcionarios de alto nivel como el exespía y diputado Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). En este chequeo de Martí Noticias se analiza una desinformación previa de Hernández Nordelo, quien también es miembro del Consejo de Estado y del Comité Central del PCC.

Pese a las dificultades con Internet, se han divulgado algunos videos de incidentes de represión y detenciones, como este grabado en Bayamo.

¿Cómo han reaccionado las organizaciones internacionales de derechos humanos? 

La directora de Investigación, Incidencia y Política de Amnistía Internacional (AI), Erika Guevara, advirtió sobre Cuba en sus redes sociales que  «la represión violenta a la que siempre recurre su gobierno no debe ser tolerada por la comunidad internacional».

«El Gobierno de Díaz-Canel tiene la obligación de proteger el derecho a protestar», añadió la abogada y activista.

Por su parte, la investigadora regional de AI, Johanna Cilano, también se pronunció en X: 

Civil Rights Defenders, una ONG internacional con sede en Estocolmo, Suecia, declaró en X: «Seguimos con atención las protestas en varios puntos del país. Exigimos al gobierno respetar los DDHH de quienes salen a la calle pacíficamente y detener de inmediato la represión y violencia contra ellos. Reconocemos el valor legítimo de la movilización social».

El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), con sede en Argentina, hizo un llamado a los gobiernos democráticos a que se pronuncien a favor del respeto al derecho de la protesta en Cuba.

Transparencia Electoral emitió un comunicado contra la represión, y exigió «la liberación de los presos políticos y el reconocimiento de los derechos de la ciudadanía».

De acuerdo con la organización regional, «la única forma de que los cubanos salgan de esta profunda crisis es a través de una transición hacia la democracia por la vía de elecciones libres, justas y transparentes».

Activistas cubanos de derechos humanos, entre ellos Carolina Barrero, también han pedido a los militares: «Pónganse de parte del pueblo. No sigan las órdenes de la élite corrupta en el poder. Esto es libertad o libertad».

El régimen de Cuba no reconoce la existencia de presos políticos ni publica cifras oficiales al respecto. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos como Prisoners Defenders y Justicia 11J, ofrecen registros con cerca de 1000 personas recluidas por motivos políticos, la mayoría detenidos tras las protestas de julio de 2021 y las manifestaciones posteriores.