«El químico»: ¿qué se sabe de esta droga en Cuba?

En las calles de La Habana y otras regiones de Cuba se ha bautizado una «nueva» droga: «el químico» o «kímiko». Este narcótico, que supuestamente tiene como base el cannabis, se fuma en cigarrillos como si fuera marihuana, y se vende a bajos precios, según alertan medios independientes y usuarios de redes sociales.

En los últimos meses se han viralizado imágenes de presuntos consumidores bajo los efectos de «el químico». Uno de los videos muestra a dos jóvenes al borde de un río en una zona rural, con el cuerpo rígido y aparentes convulsiones. En otro clip también aparece en similar condición un hombre supuestamente drogado, según los reportes en redes sociales.

«La gente no sabe de dónde salió. Cuentan que los que la elaboran son graduados de química y conocen los efectos de los psicofármacos. Parecido al profesor del serial Breaking Bad. No sé si será verdad. De cualquier forma, “el químico” es la bomba. Da un “vuele” [efecto] corto, pero salvaje», dijo una fuente a Diario Las Américas, que la cita como un «consumidor habitual de la droga».

Manuel, de 27 años, declaró a CubaNet que «se consigue donde quiera. Lo venden en toda La Habana».

«También te digo que lo fuma o comercializa quien menos lo esperas. Tu vecino puede ser vendedor y no lo sabes. Una locura es lo que hay con “el químico”», afirmó. 

Pero, ¿qué se sabe hasta el momento de esta droga? ¿Cómo se produce y comercializa? ¿Qué han informado las autoridades? ¿Son los jóvenes los mayores consumidores? 

¿Qué es «el químico»?

Supuestamente, la producción de «el químico» es artesanal y se realiza en casas comunes de los barrios. 

De acuerdo con una investigación de la periodista Claudia Padrón, publicada en CubaNet, para hacer la droga «se necesita cannabis u otras plantas y precursores químicos de bajo costo». No obstante, las fuentes consultadas por este medio independiente creen que lo que produce su efecto no es la marihuana, «sino con lo que la preparan y luego el líquido con el que atomizan».

Otros entrevistados declararon, que en algunas ocasiones «las fumigan con formol» o anestesia para animales. 

«Según he visto ponen la hierba en una bandeja y ahí le echan por arriba los químicos para poner todo a secar después. He oído que entre esas sustancias le agregan pastillas para la epilepsia, pero no sé bien qué le echan», añadió Manuel, residente en la capital cubana. 

La mezcla resultante se coloca en las puntas de los cigarros, anteriormente vaciadas, y se fuman, según los testimonios recogidos por medios independientes. Algunos de los comerciantes estarían vendiendo el cigarro ya adulterado.

El Máster en Farmacología y Licenciado en Ciencias Farmacéuticas Yunior López, explicó a OnCuba sobre la suposición de que le agreguen «pastillas para la epilepsia» u otras sustancias, que para, por ejemplo, «una pastilla de Carbamacepina o Fenobarbital (ambos medicamentos antiepilépticos), se pueda vaporizar primero, es necesario convertirlo en líquido, para lo que se necesitan, además de un diluyente especial e infraestructuras adecuadas, conocimientos de farmacología», reportó el medio. 

El autor del citado texto, el Dr. Carlos Alberto González, médico, especialista en MGI y Medicina Intensiva y Emergencia, añadió, que -según su criterio- «además de las dificultades logísticas de conseguir y procesar estos medicamentos, agregarles estos fármacos aumentaría los costos, lo que contraria un poco que estas sustancias sean tan baratas. Finalmente, no tendría sentido buscar incrementar el efecto de los CS [Canabinoides Sintéticos], porque se sabe que son extremadamente potentes, al nivel de los opiáceos». 

«La usan mucho los jóvenes. Se que es marihuana con otros productos químicos y que produce efectos violentos en las personas», dijo a Martí Noticias el periodista independiente Vladimir Turró, vecino de Arroyo Naranjo, en La Habana. 

«Creo que la droga ha jugado un papel importante en este tema de los asaltos, de la violencia constante y los asesinatos», opinó el comunicador. Sobre el aumento de la violencia en Cuba puede conocer más en esta verificación. 

Hasta el momento de publicar este explicador no hay disponible información oficial sobre qué contendría específicamente la droga conocida como «el químico».

¿Cómo se conseguiría, a qué precio y cuáles son los efectos que provoca?

El activista cubano por los derechos humanos Adelth Bonne Gamboa, contó en sus redes sociales a mediados de abril, que se encontraba en el parque público de la localidad habanera de Santos Suárez cuando «tres adolescentes de unos 15 años» le «acercaron para ver si quería comprar “kímico”».

El efecto dura poco, pero es muy demandado, según los informes independientes. «Se puede adquirir prácticamente en cualquier parte», se alerta en la citada investigación periodística de CubaNet.  

Según el artículo «Cannabis sintético: aspectos toxicológicos, usos clínicos y droga de diseño», publicado  en una revista especializada de Colombia, entre los efectos esperados por quienes consumen estos estupefacientes, están: «la euforia, relajación, desinhibición, alteración de la percepción, alteración de consciencia». 

El Dr. Carlos Alberto González, también considera que «el riesgo de padecer efectos adversos superará por mucho el beneficio de esa momentánea sensación de euforia». «Los más visibles son los que aparecen en el sistema nervioso o neuropsicológicos, como la psicosis, que dicho en palabras llanas es la pérdida de contacto con la realidad: vuelve “locos” a los pacientes. También encontramos ansiedad, agitación, irritabilidad, confusión, conductas suicidas, alteraciones de la memoria, ataques de pánico, agresividad, comportamiento y pensamiento desorganizado, alucinaciones y delirio», explicó. 

Por su parte, el Dr. Lucio Enríquez Nodarse escribió en redes sociales tras ver las imágenes que han circulado de personas que presuntamente han consumido drogas: «en primer lugar como médico puedo pensar que efectivamente pueden ser los efectos de una droga, pero tampoco podemos descartar que sea una descarga neurológica (convulsión), a consecuencia de cualquier otra enfermedad, por ejemplo una epilepsia; voy a darle el beneficio de la duda a la dictadura; que ya ha admitido el uso del “KIMICO” en la juventud cubana».

La dosis de «el químico» presuntamente cuesta entre 150 y 200 pesos cubanos. Los costos de otros narcóticos que circulan en la isla, como «la piedra» o la marihuana están entre los 1000 y 1200 pesos respectivamente. 

En contraste, una bolsa con seis panes puede costar 150 pesos -o más en algunos lugares-; un paquete pequeño de galletas 220, una bolsa de azúcar alrededor de los 200, y un cartón de huevos supera los 3000 mil pesos «por la calle» (mercado informal), según contaron habaneros de diferentes barrios de La Habana consultados por Martí Verifica para este Explicador. 

«Las drogas vienen en escala según el poder adquisitivo. El que tiene dinero compra cocaína, la clase media va por la marihuana y el químico es lo que queda para los pobres», dijo Josué a CubaNet. «Por eso tantos jóvenes y adolescentes la consumen. Es lo que pueden costear», añadió. 

Otra fuente que consume estupefacientes consultada por el citado medio independiente, declaró que «en Cuba no se mueve un gramo sin que la policía no sepa. Eso mueve miles y miles de pesos; y atrae a turistas que buscan drogas y prostitutas». 

¿Qué han dicho las autoridades? 

A pesar de que durante décadas el Gobierno cubano ha promocionado que hay en el país «tolerancia cero» con el tráfico ilícito y el uso de narcóticos, a inicio de abril las autoridades reconocieron que el consumo de drogas ilegales crece en la isla. 

El jefe de la Dirección Antidrogas del Minint, el coronel Juan Carlos Poey, admitió el 18 de abril de 2024 en televisión nacional, las «afectaciones por la presencia de cannabinoides sintéticos en La Habana y zonas centrales (del país)». 

«En Cuba ha habido un aumento en los últimos años [en el consumo de drogas], y los adolescentes y jóvenes representan el grupo más vulnerable», declaró al diario oficial Granma, el doctor Alejandro García, director del Centro de Salud Mental de Centro Habana. 

«La Habana ha sido siempre la ciudad de más consumo, al igual que centros turísticos importantes, como algunas zonas de Santiago de Cuba, Cienfuegos… con mucha llegada de extranjeros», agregó. 

Según el Dr. García, cada vez se comienza a consumir más temprano. «Las primeras experiencias se encuentran entre los 13 y 14 años, a partir de los 17 y 20 pueden hacerse adictos, y a los 25 años hay un incremento».

El doctor en psiquiatría y salud mental añadió que «la coyuntura económica está teniendo un gran impacto por varias razones», y mencionó que falta personal especializado ante esta crisis. «Hay municipios que no cuentan con psiquiatras o que atienden directamente el fenómeno de las adicciones».

Para Mercedes Cabrera, madre de un joven de 23 años que sufre adicción al «químico» desde sus 19, haber tratado a su hijo en el sistema de Salud Pública no ha sido garantía de su recuperación. «He internado a mi hijo en dos ocasiones en psiquiatría, para desintoxicarse, pero luego de un tiempo vuelve a recaer en las drogas. Es muy fuerte lo que está viviendo mi familia», contó a Diario de Cuba. 

¿Qué establecen las leyes de Cuba sobre el consumo y tráfico de drogas? 

El Código Penal cubano sanciona la tenencia y el tráfico de drogas ilícitas y sustancias psicotrópicas con penas desde 4 a los 30 años de cárcel, mientras que la figura agravada establece como pena máxima la cadena perpetua o la pena de muerte.

Las autoridades cubanas revelaron a finales de 2023 que los tribunales del país habían sancionado a 689 personas vinculadas con el tráfico de drogas. 

No obstante, en reportes ciudadanos se ha denunciado que no existe un fuerte control policial sobre el consumo y distribución de drogas.

«La patrulla, hace un tiempo, pasaba por la zona y pedía el carné. Si tenías menos de 18 años de edad, te mandaban para la casa o la Estación, y llamaban a tus padres, pero ya no lo hacen», contó al Periódico 26 uno de los jóvenes que en las madrugadas se reúne en el parque Vicente Garcí de la ciudad de Las Tunas, al oriente del país, para compartir un cigarro de marihuana.

Por otro lado, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) es el que «controla la importación, exportación, elaboración, almacenamiento, distribución, circulación, venta y uso o aplicación de las drogas estupefacientes y sustancias psicotrópicas».

¿A quiénes responsabiliza el Minint por el incremento del tráfico y el consumo de drogas?

En la cobertura en medios estatales sobre el aumento del consumo de drogas, no se ofrecieron cifras concretas sobre el incremento del tráfico y el consumo –sobre todo entre jóvenes–. En tanto, las autoridades atribuyen a factores externos la responsabilidad por la importación de estas sustancias ilegales.

«Cuba está en el medio de los países productores [de drogas] al sur y el principal consumidor al norte (Estados Unidos). Esto provoca que estemos siempre bajo la influencia de la actividad de narcotráfico (...) y el movimiento de esa droga, interrumpido por autoridades extranjeras, provoca que en muchas ocasiones estos delincuentes tiren a mar la droga y como consecuencia recale nuestras costas», dijo a la prensa estatal Juan Carlos Poey, jefe del Departamento Antidrogas del Minint. 

El militar añadió que por vía marítima existe «otra amenaza muy latente»: los cubanos residentes en el extranjero presuntamente vinculados al tráfico de personas. Según Poey, cubanos emigrados también intentan pasar las sustancias por vía aérea. 

«Es una actividad que se desarrolla a partir de las facilidades que ha brindado la Aduana para la importación de mercancías», dijo en relación al permiso de ingresar libremente medicamentos, alimentos y otros insumos sin fines comerciales, vigente desde 2021 debido a la escasez de productos. 

Para el artista visual Julio Llópiz-Casal, la alarma del régimen tras el aumento del consumo de «el químico» podría ser una cortina de humo.

«Cuba está atrapada en un proceso destructivo que no acabará nunca, porque se repite en bucle. Esto no es una metáfora; es, de hecho, una grave amenaza para quienes viven en la isla. En buena parte de las denuncias y la cobertura a los asesinatos violentos en peleas callejera, asaltos, robos y feminicidios, han referido el consumo de una droga que modifica la conducta peligrosamente y que llaman Químico», expresó. 

Llópiz-Casal cree que «en la Cuba de hoy, hundida en el desamparo, el hambre y el terror, y llena de presos políticos, no sería descabellado pensar en que el castrismo está aplicando un plan similar. El castrismo puede estar usando la violencia inducida como catalizador y herramienta de control».

Cuba es estado parte de las tres convenciones de las Naciones Unidas para enfrentar el consumo de narcóticos y pertenece al Foro de Cooperación entre América Latina-Unión Europea.