¿“Victoria electoral” de Lukashenko confirma “gran apoyo” en Bielorrusia, como afirma Díaz-Canel?
El mandatario de la nación eslava se presentó a sus séptimos comicios el pasado domingo, 26 de enero, sin permitir la candidatura de ningún opositor, con “urnas opacas” y comisiones electorales seleccionadas por su régimen.
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La Unión Europea rechazó las elecciones por “ilegítimas”, amenazó con nuevas sanciones y exigió la puesta en libertad de los presos políticos en Bielorrusia.
El Gobierno español denunció que los comicios carecieron de “mínimos estándares democráticos” y se caracterizaron por “graves restricciones a la participación política” y el trabajo de los medios de comunicación.
Matvéi Kupréichik, expolicía y ahora responsable del Centro de Monitoreo Bielorruso (BELPOL son sus siglas en bielorruso), al presentar en su web un informe con las violaciones electorales del régimen, señaló: “Lukashenko tiene tanto miedo al proceso electoral que no deja que exista una remota posibilidad para que sus títeres ganen las elecciones”.
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel felicitó usando afirmaciones engañosas a su homólogo de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, por su “reelección como Presidente”. El mandatario de la nación eslava se presentó a sus séptimos comicios el pasado domingo, 26 de enero, sin permitir la candidatura de ningún opositor, con “urnas opacas” y comisiones electorales seleccionadas por su régimen.
Lukashenko (70 años), quien ha admitido tener “un estilo de gobernar autoritario”, se dispone a prolongar su mandato por más de tres décadas, desde su llegada al poder en 1994, cuando se creó el cargo en la joven república postsoviética.
“Su victoria electoral confirma el gran apoyo del pueblo bielorruso a su gestión, a favor del desarrollo y el bienestar del país”, expresó en redes sociales Díaz-Canel, designado por el general Raúl Castro para sucederlo en la Presidencia de Cuba.
La afirmación del gobernante cubano es ENGAÑOSA.
Tanto la oposición bielorrusa en el exilio, como diversas cancillerías occidentales y organizaciones internacionales de derechos humanos, tacharon los comicios de “farsa”, desde días antes de la votación.
“En un entorno dominado por el miedo y la represión, las elecciones presidenciales simuladas previstas para el 26 de enero de 2025 privarán una vez más a los bielorrusos de su derecho a elegir un líder legítimo y a forjar su futuro democrático. Durante casi 30 años, las elecciones en Bielorrusia no han cumplido los estándares de ser libres y justas”, publicó en un comunicado el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), una organización intergubernamental que apoya la democracia en todo el mundo.
Por su parte, la Unión Europea rechazó las elecciones por “ilegítimas”, amenazó con nuevas sanciones y exigió la puesta en libertad de los presos políticos en Bielorrusia.
El Gobierno español denunció que los comicios carecieron de “mínimos estándares democráticos” y se caracterizaron por “graves restricciones a la participación política” y el trabajo de los medios de comunicación.
Minsk negó que se produjeran irregularidades que influyeran en la reelección del líder autoritario del país de 9 millones de habitantes.
Elecciones a la medida: Lukashenko y la represión
El comité electoral central bielorruso cifró la participación en un masivo 85,7 % de votantes inscritos. Según los supuestos sondeos a pie de urna publicados por las autoridades, Lukashenko habría obtenido un 87,6 % de votos.
Pero, de acuerdo con un reporte de El País, “las urnas de los colegios electorales bielorrusos son tan opacas como sus propias elecciones. En sus papeletas está escrita la opción de voto 'contra todos', pero no hay cortinillas que oculten completamente al votante de la mirada indiscreta de los miembros de las mesas, seleccionados por el Gobierno meses antes de que se anunciasen las propias elecciones. Además, los candidatos opositores reales están en la cárcel o en el exilio. Son unos comicios a medida con los que el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko se dispone a prolongar más de tres décadas en el poder”.
Matvéi Kupréichik, expolicía y ahora responsable del Centro de Monitoreo Bielorruso (BELPOL son sus siglas en bielorruso), al presentar en su web un informe con las violaciones electorales del régimen, señaló: “Lukashenko tiene tanto miedo al proceso electoral que no deja que exista una remota posibilidad para que sus títeres ganen las elecciones”.
Según BELPOL, antes de los comicios, los integrantes de cada comisión electoral fueron chequeados por el servicio secreto.
En agosto de 2020, tras una elección presidencial que según la oposición y parte de la comunidad internacional tampoco fueron “transparentes, libres ni justas”, estallaron en el país europeo masivas protestas que se extendieron por varios meses.
La represión a las manifestaciones provocó más de 65.000 arrestos. Se calcula que el régimen de Lukashenko ha encarcelado a unos 1.300 presos políticos, según el Centro de Derechos Humanos Viasna, entre ellos a su líder Ales Bialiatski, Premio Nobel de la Paz.
En esos días, viendo cómo le iba a Lukashenko con el descontento creciente del pueblo bielorruso, Díaz-Canel también expresó su apoyo públicamente. El gobernante cubano rechazó la legitimidad de las protestas y las atribuyó a “la injerencia externa contra la soberanía y autodeterminación” de Bielorrusia, recurriendo a la misma narrativa desinformadora que emplea para intentar deslegitimar las manifestaciones en la isla.
Poco después, en julio de 2021, cuando por toda Cuba se extendieron las masivas protestas antigubernamentales conocidas como “el 11J”, el dirigente del Partido Comunista de la isla emuló con Lukashenko en cuanto a utilizar similares maneras de tratar el descontento social con su gestión. Más de 1500 personas fueron detenidas arbitrariamente en estas manifestaciones, según las denuncias de organizaciones independientes de derechos humanos.
Cuba y Bielorrusia: regímenes aliados en lo político y lo militar
Las relaciones entre Minsk y La Habana se impulsan en todos los ámbitos, pero sobre todo a nivel político y militar, con viajes de ida y vuelta al más alto nivel.
En noviembre de 2023 el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, visitó Bielorrusia. Al país europeo también llegaron ese año funcionarios cubanos de la Educación Superior que se reunieron con colegas en la Universidad Estatal de Radioelectrónica e Informática de Minsk.
La colaboración entre Cuba y Bielorrusia se ha planteado también en el ámbito militar, en tiempos en que Minsk ha servido como puerto de entrada a Ucrania para la agresión bélica de Moscú.
En junio de 2023, el General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, ministro de las Fuerzas Armadas cubanas, tras visitar Moscú, fue recibido por su homólogo bielorruso para conversar sobre “vías para continuar desarrollando” la cooperación militar entre ambos países.
Además, fue noticia una reunión en Minsk donde la agregada militar cubana para Rusia y Bielorrusia, la coronel Mónica Milián Gómez, pactó con autoridades locales el entrenamiento allí de personal militar de la isla.
En noviembre de 2023, trascendió en medios de prensa que “Cuba estaría interesada en los suministros de armamento bielorruso, incluidas lanzaderas de misiles Polonez, con un alcance de hasta 300 kilómetros”.
En diciembre de 2024 se realizó una visita oficial a Cuba para evaluar la marcha de la “cooperación militar bilateral”, entre representantes del Ministerio de Defensa de Bielorrusia y del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar). Según reportes de medios bielorrusos, “las partes discutieron el estado y las perspectivas para el desarrollo de la cooperación militar bilateral, principalmente en el campo de la fuerza aérea y la defensa aérea, y también señalaron la similitud de las posiciones de Bielorrusia y Cuba sobre temas clave de seguridad internacional”.
Lukashenko, un exmilitar bielorruso, ha expresado su admiración por Fidel y Raúl Castro y se refirió a Miguel Díaz-Canel como un “querido amigo”, cuando este lo visitó en octubre de 2019, en uno de sus primeros viajes oficiales tras ser designado “presidente de la República de Cuba”.