
Afirma directivo de la UPEC que prensa estatal cubana no responde a intereses de “ninguna facción”. Es FALSO
El periodista y vicepresidente de la UPEC reiteró la narrativa oficial que sostiene que los medios de comunicación estatales “están al servicio del pueblo y de los intereses nacionales”, pero en la práctica la prensa permitida en Cuba está controlada por el Estado y responde directamente a sus intereses y políticas.
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La prensa en Cuba está controlada por el Partido Comunista. Los medios sirven como herramientas de propaganda para el régimen, ignorando problemas sociales graves y manipulando la información.
El país ocupa los peores puestos en rankings internacionales de libertad de prensa.
La nueva Ley de Comunicación Social de Cuba legaliza la censura al reforzar el control estatal sobre los medios y restringir aún más la libertad de expresión.
El vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Francisco Rodríguez Cruz, dijo recientemente en un programa televisivo que “si algo caracteriza a la prensa [oficial] es que sus compromisos fundamentales no son con capitales ni con intereses políticos de facciones, sino con la gente, con su pueblo, con decir lo que necesita decir para que Cuba sea mejor”. Esta afirmación es FALSA.
Rodríguez Cruz, también autor del blog “Paquito el de Cuba”, desinformó en una entrevista transmitida el 4 de marzo por el espacio En Tiempo Real, a propósito del inicio de la llamada “Jornada por el Día de la Prensa Cubana”, promovida por la UPEC, un gremio periodístico subordinado al Partido Comunista de Cuba (PCC) y única organización de su tipo permitida en el país.
El comunicador y activista LGBTQ vinculado al oficialista Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) —que dirige Mariela Castro Espín—, reiteró la narrativa oficial que sostiene que los medios de comunicación estatales “están al servicio del pueblo y de los intereses nacionales”, pero en la práctica la prensa permitida en Cuba está controlada por el Estado y responde directamente a sus intereses y políticas.

El Estado cubano, y su normativa jurídica, sólo acepta como medios nacionales legítimos a la prensa controlada por el PCC o algunas de las organizaciones paraestatales afines a su régimen político e ideológico. Estos medios funcionan para promover la agenda oficial del régimen y como una herramienta de propaganda.
La carta magna aprobada en 2019 recoge que los medios nacionales “son de propiedad socialista” y “no pueden ser objeto de otro tipo de propiedad”. Asimismo, la Constitución establece que el PCC es la “es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
Toda la red estatal cubana de diarios impresos, radioemisoras, canales de televisión y sitios digitales, están alineados con los intereses del gobierno, y se enfocan en difundir la imagen positiva del régimen, mientras minimizan o ignoran las críticas o problemas sociales reales.
El régimen de La Habana no permite la existencia de medios independientes que fiscalicen al poder, y criminaliza a los reporteros que no responden al único Partido.
En los últimos años ha aumentado la represión contra quienes ejercen el periodismo independiente. Decenas de profesionales han tenido que exiliarse, otros han sido desterrados (como Karla Pérez y Carlos Manuel Álvarez); y los que permanecen en la isla son constantemente hostigados y amenazados por la policía política.

En el ranking anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) con los países con menor libertad de prensa en América Latina, Cuba es ubicada cada año en los peores puestos de la región y su situación se considera “muy grave”.
Edith Rodríguez Cachera, vicepresidenta de RSF, ha señalado que Cuba es “un país sin pluralidad informativa, sin nada que se parezca a un periodismo libre; un país que ejerce un control férreo sobre las comunicaciones, sobre Internet y que tiene una especialidad propia que es enviar a los periodistas al exilio, acosarlos mediante la Seguridad del Estado, intimidarlos y atropellarlos”.
Otras disímiles organizaciones internacionales también han denunciado la falta de libertad de expresión y prensa en Cuba, como se detalla en este enlace.
Compromiso de la prensa estatal cubana NO “es con el pueblo”
La prensa oficial es selectiva en la cobertura de sucesos trascendentales, especialmente aquellos que ponen en duda la narrativa oficial del gobierno o exponen problemas internos graves. A continuación, mencionamos algunos ejemplos de eventos importantes que la prensa estatal ha minimizado, censurado o temas que no cubre en absoluto.
En julio de 2021 miles de cubanos se lanzaron a las calles en casi todo el país para protestar por la escasez, los prolongados apagones, la represión política y falta de libertades fundamentales. Las manifestaciones fueron históricas por su tamaño y alcance, y se vieron como una expresión de descontento generalizado con el régimen cubano.
En lugar de reconocer la magnitud y las razones detrás de las protestas, los medios controlados por el PCC, las describieron como “actos de desorden” orquestados por “enemigos internos y externos”. No se cubrió de forma abierta el sufrimiento de la población o las demandas de cambio. También se dio espacio para que varios funcionarios gubernamentales desinformaran sobre las protestas y las más de mil personas detenidas, según los subregistros de organizaciones de derechos humanos.
El Estado cubano no reconoce la existencia de presos políticos y la prensa estatal refleja esta desinformación.
Los medios oficialistas también tergiversan los temas relacionados con las violaciones de derechos humanos en la isla, la ineficiencia gubernamental, políticas económicas fallidas, sobre el sistema legislativo, la represión estatal, violencia política, lo que ocurre en las cárceles, aumento de la pobreza, y no aborda las principales demandas de la sociedad civil.
Varios expertos independientes han denunciado los reportes superficiales y triunfalistas de la prensa estatal, en un contexto de grave crisis económica y el éxodo masivo más grande en la historia de Cuba. También advierten que no se explica que en la isla hay una crisis estructural y sistémica que ha llevado a la crisis generalizada que se vive en la actualidad.

La prensa controlada por el PCC también está alineada a los intereses políticos de aliados del régimen cubano como Rusia, Irán, China, Nicaragua y Venezuela, principalmente. Y de forma sistemática desinforman sobre lo que ocurre en estas naciones.
Ley de Comunicación Social “legaliza la censura”
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel aseguró en una entrevista con el canal ruso RT en Español, que la Ley de Comunicación Social (2023), “reconoce todos los espacios que existen hoy en el ámbito de la comunicación” en el país.
Francisco Rodríguez Cruz también elogió la ley en su reciente entrevista en la televisión cubana, pero se trata de otra narrativa falsa.
Consultado por Martí Noticias tras la aprobación de la legislación, el periodista y académico José Raúl Gallego, Dr. en Comunicación por la Universidad Iberoamericana (México), opinó que “mientras se mantenga intacta la base de la estructura política de Cuba y los medios subordinados a ella, es imposible que el sistema de medios estatales produzca periodismo y no propaganda, entendido el primero como una actividad que tiene en su centro el cuestionamiento del poder”.
El Gobierno cubano también fue criticado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) tras aprobarse “una ley que le permitirá reforzar su coacción en contra de la libertad de prensa» y «restringir aún más la libertad de expresión de los ciudadanos”.
Michael Greenspon, presidente de la SIP y director global de Licencias e Innovación de Impresión de The New York Times, afirmó que “después de expulsar a varios periodistas del país y restringir a medios y periodistas, el régimen legaliza la censura con una nueva ley que le permite, a sus anchas, acabar con las críticas del periodismo independiente y con las opiniones de sus ciudadanos en Internet”.
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