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Personas esperan para ingresar a una tienda de la compañía estatal de telecomunicaciones Etecsa en La Habana. AP/Desmond Boylan (Archivo)
Personas esperan para ingresar a una tienda de la compañía estatal de telecomunicaciones Etecsa en La Habana. AP/Desmond Boylan (Archivo)

¿Cómo va la informatización en Cuba, uno de los «pilares» del gobierno de Díaz-Canel?

Por: Ernesto Eimil ReigosaPublicado: 20 de noviembre de 2023 - Actualizado: 20 de noviembre de 2023

Si tienes poco tiempo...

  • Desde su primer año en el poder Díaz-Canel, aseguró que la informatización de la sociedad era una prioridad para el Estado cubano. Sin embargo, este proceso está muy lejos de la eficiencia a la que aparentemente aspira el Gobierno.

  • El Gobierno cubano ha incumplido históricamente sus objetivos de informatización. Así fue con el plan Conectar 2020 y está sucediendo con la Agenda 2030, aunque es cierto que el poder tiene hasta ese año para llegar a los objetivos trazados.

Desde su primer año en el poder, en 2018, el presidente Miguel Díaz-Canel, aseguró que la informatización de la sociedad era una prioridad para el Estado cubano. En la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular de diciembre de ese año, el mandatario afirmó que estaba demostrada la voluntad del Gobierno de apoyar el proceso de informatización y que su principal tarea era implementar la política.

Cinco años después, ¿logró cumplir el Estado sus compromisos de conectividad? ¿Son las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TICs), un sector priorizado y uno de los pilares del Gobierno, como ha afirmado en reiteradas ocasiones Díaz-Canel y otros funcionarios gubernamentales?

¿Qué es la informatización de la sociedad? 

El Gobierno cubano define la informatización de la sociedad como «el proceso de aplicación ordenada y masiva de las TICs en la gestión del conocimiento (...) para satisfacer gradualmente las necesidades de todas las esferas de la vida social».

Este proceso consiste en, por ejemplo, en hacer un trámite por internet, saber cuándo va a pasar el autobús, hacer compras online, etc. Se apoya en el uso de Internet y las TICs para automatizar y eliminar la presencialidad de procesos que requieren la asistencia física de las personas a determinado sitio.

La conectividad es una de las bases necesarias para lograr la informatización. Se refiere a todas aquellas tecnologías y servicios que permiten a los usuarios conectarse a una red de comunicación. En este caso a Internet, sin la cual el resto de los servicios no funcionarían. 

De acuerdo con Tania Velázquez, presidenta de Etecsa, la única empresa de telecomunicaciones permitida en la isla, a inicios de 2023 habían 6,7 millones de usuarios conectados mediante el servicio de internet móvil

Por su parte, Frank Pavón, Director Adjunto de Vicepresidencia Operaciones de la Red de ETECSA, afirmó que existían más de 5.000 radiobases en todo el territorio nacional. Una radiobase es una torre de telecomunicaciones que establece conexiones entre dispositivos sin la necesidad de usar cables. Esa tecnología es la que soporta la conexión de los celulares a Internet. 

La instalación de radiobases es presentada como un triunfo de la informatización por la propaganda oficialista. Pero el poder no siempre ha mantenido sus acuerdos en materia de conectividad.

¿Qué acuerdos ha cumplido el Gobierno en materia de conectividad?

En 2015, funcionarios del Gobierno declararon que el país cumpliría con la Agenda Conectar 2020, una serie de acuerdos que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (vinculada a Naciones Unidas) estableció entre sus países miembros.

Algunos de esos acuerdos estipulaban que, para 2020, el 50 % de los hogares de los países en desarrollo tuviera conexión a Internet, que el costo de dicha conexión no superara el 5 % del salario medio y que el 50 % de las personas físicas pudiera acceder a la red.

En 2023, tres años después de que se venciese el “plazo” de Conectar 2020, sólo el 7,05 % de los hogares cubanos tiene Internet y el precio de una tarifa de mayor velocidad (si se quiere disfrutar de conexión durante todo el mes sin interrupciones) es de 7.920 pesos (alrededor de 33 dólares en el mercado informal el 7/8/2023). El salario medio en Cuba ronda los 4142 pesos.

Al parecer, el parámetro que sí cumplió el Gobierno fue el del acceso de más del 50 % de las personas físicas a Internet. En 2020 el país tenía una penetración del 63 %, una cifra que ha aumentado con los años. Sin embargo, medios de prensa han cuestionado ese dato advirtiendo que no hay manera de comprobar cuánto de ese 63 % son personas reales. Un usuario de Internet puede tener varias cuentas.

El gobierno también aseguró que trabajaría para lograr otros objetivos de conectividad y acceso a las TICs. En este caso, los de la Agenda 2030, una estrategia transnacional que busca crear un frente común entre los países que pertenecen a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para enfrentar problemas globales como el acceso a Internet, entre otros.

Por esto, dentro del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2030 (vinculado a la Agenda 2030), que aparece en el sitio oficial de la presidencia de Cuba, hay un proyecto dedicado a la infraestructura de los servicios públicos de telecomunicaciones y otro centrado en el desarrollo de infraestructura tecnológica y la innovación. Estos proyectos están declarados dentro del sitio web, pero no hay ninguna información adicional que explique en qué consisten.

En la web oficial de la presidencia también se reafirma que las TICs son «un sector de prioridad para el país».

Pero, en la práctica, ¿las TICs son priorizadas?¿Está cumpliendo el Gobierno cubano sus objetivos de cara al 2030?

Entre 2005 y 2019, según la Organización Mundial del Comercio y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el Gobierno cubano ingresó 21.582 millones de dólares por la exportación de servicios de telecomunicaciones. Al hacer un promedio, tenemos la cantidad estimada de 1.438 millones por año.

En contraste: en esos quince años el gasto en equipos de telecomunicaciones fue de 1.975 millones. Es decir, la inversión estatal se quedó muy por debajo de la ganancia.

¿Cuánto dinero sería necesario para modernizar la infraestructura en telecomunicaciones?

Una investigación del Centro de Estudios de la Economía Cubana, llevada a cabo por Juan Triana Cordoví y Laura Galeano Zaldívar, calculó que se necesitarían «alrededor de 320 millones de dólares» por año para acercarnos al nivel de países latinoamericanos. El estudio tomó de referencia un período de 14 años: de 2017 a 2030.

Esos supuestos 320 millones no parecen una cifra demasiado alta, especialmente si la comparamos con los ingresos en materia de telecomunicaciones con los que el Estado engrosó sus arcas.

La inversión en Ciencia e Innovación Tecnológica en 2022 fue de 531,7 millones de pesos, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información. Este sector fue el cuarto que menos inversión tuvo en todo el año, muy lejos de los 23 359,6 millones de pesos asignados al sector de Servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler, que ocupó el número uno.

Si tomamos en cuenta estas cifras de inversiones, la informatización que tanto promueven los dirigentes no parece ser prioritaria. Y aunque aún quedan 7 años, hasta el momento el Gobierno no parece estar cumpliendo los objetivos establecidos por la Agenda 2030.

¿Se puede alcanzar la informatización sin Internet?

No fue hasta diciembre de 2018 que los cubanos se conectaron a la red mediante el servicio de datos móviles. Este servicio, que se mantiene desde su inicio con un precio elevado, no ha estado exento de críticas. Y aunque en los últimos años ha abaratado su coste, se mantiene como el más caro de Latinoamérica.

Son comunes en redes sociales los reclamos de los clientes del monopolio estatal de telecomunicaciones Etecsa. Desde hace tiempo los usuarios reportan problemas para conectarse y una baja velocidad de navegación. La compañía no suele contestar a las quejas.

En mayo de 2021 hubo un debate entre Frank Pavón y clientes de la compañía. Estos le reclamaron al directivo por la falta de infraestructura. Pavón invalidó sus testimonios y respondió con la cantidad de radiobases que se instalaban en el país.

Sin embargo, las radiobases por sí mismas no mejoran la calidad de la conexión.

En 2022, Mayra Arevich, ministra de Comunicaciones, tuiteaba sobre informatización y transformación digital. Un usuario le respondió: «La transformación digital requiere la estabilidad y calidad de los servicios de datos. Lo cual en los últimos meses @ETECSA_Cuba no ha garantizado».

En esas fechas fueron varios los clientes que cuestionaron la lentitud de la conexión. Algunos dijeron que ni siquiera en horario nocturno, donde suele haber menos tráfico, podían acceder a la red con normalidad. Según las denuncias de usuarios en redes sociales, esta situación ha empeorado en 2023. 

Una de las quejas colectivas más recientes tuvo lugar en el contexto del segundo aniversario de las masivas protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 (11J). 

La mejora en la velocidad de conexión es algo que los funcionarios de Etecsa han mencionado varias veces a lo largo de los años. En diciembre de 2022 se reveló que el monopolio cubano y la empresa francesa Orange S.A. llegaron a un acuerdo para enlazar a Cuba con la isla de Martinica a través de un cable submarino de fibra óptica.

En aquel momento, la compañía declaró que el cable estaría operativo para abril de 2023. Hasta ahora, la poca información pública al respecto señala que el cable inició su período de pruebas.

Aparte de los desafíos con la conexión, la ciudadanía también debe sortear los cortes de Internet impuestos por el Gobierno. Estos suelen ser parte de la respuesta estatal a protestas sociales. Existen dos tipos de interrupciones: las generales (como la del 11J) y las dirigidas a individuos específicos (generalmente activistas de derechos humanos y periodistas independientes). Aunque también se han documentado apagones de Internet que han sido ocasionados, aparentemente, por fallas técnicas.

¿Cuánto afectan las sanciones estadounidenses a la informatización en Cuba?

La narrativa gubernamental suele atribuir el atraso en materia de telecomunicaciones que existe en el país a las sanciones de Estados Unidos al Gobierno cubano.  Las autoridades aseguraron que las sanciones causaron pérdidas de más de 65 millones de dólares en el período de abril a diciembre de 2020. La mayor parte de estas pérdidas estaría relacionada con la imposibilidad de importar equipos que tengan más del 10 % de componentes estadounidenses.

Los responsables de las telecomunicaciones en la isla no explicaron de qué forma cuantificaron esas pérdidas ni la metodología aplicada para ello.

Una investigación del medio independiente centrado en tecnología YucaByte, en alianza editorial con Connectas, señaló que, desde la época de Barack Obama, la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) flexibilizó la comercialización de algunos equipos de telecomunicaciones.

Durante parte del período presidencial de Obama (2009 a 2014), señala YucaByte, las importaciones de equipos de telecomunicaciones a Cuba sumaron 873.304 dólares.

La política de Donald Trump, sucesor en el cargo de Obama, hacia Cuba se caracterizó por un endurecimiento de las sanciones de forma general. Pero no en el rubro de las telecomunicaciones. El presidente republicano mantuvo la flexibilización heredada.

Entre 2016 y  2019, se importó a la isla material por valor de 10 millones de dólares. Doce veces más que en el período anterior.

En agosto de 2021, bajo la presidencia de Joe Biden, la OFAC y el Departamento del Tesoro publicaron una hoja informativa con directrices para quienes deseen pedir licencias en servicios de Internet y telecomunicaciones. El medio Voice of Americareplicó las declaraciones de la OFAC sobre la «postura de concesión de licencias favorable hacia solicitudes de licencias específicas que involucran transacciones que normalmente son incidentes y necesarias para garantizar que el pueblo cubano tenga acceso seguro al libre flujo de información en Internet».

Hasta ahora no se sabe cuántas empresas solicitaron alguna de estas licencias. Tampoco si, de haberse aprobado, pudieron aplicarse, tuvieron las condiciones adecuadas para salir adelante o si el Gobierno cubano negó la participación de terceros en las telecomunicaciones del país. Los registros al respecto suelen ser poco accesibles.

La narrativa a favor y en contra de las sanciones es utilizada por ambos estados para reforzar su agenda política. Más allá de discursos polarizantes, lo cierto es que la informatización de la sociedad está muy lejos de la eficiencia a la que aparentemente aspira el Gobierno cubano. 

Sumado a esto, las cifras de inversiones, los acuerdos incumplidos y la baja calidad de la conexión a Internet indican que, a pesar de lo que aseguró el Estado, ni las TICs ni la informatización son una política prioritaria. La ciudadanía, mientras tanto, debe seguir «analógicamente».


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