El precio del dólar en Cuba no se mueve: ¿por qué?

Después de que en la primera mitad de 2024 el valor del dólar en Cuba se acercó a los 400 pesos cubanos (CUP), en los últimos tres meses el mercado cambiario informal apenas ha tenido movimiento: el dólar ha permanecido alrededor de los 320 CUP x 1 USD, y el euro en 335 CUP, según la tasa referencial de elTOQUE.  

Desde 2021 se registra en el país una fuerte caída del valor del peso cubano. Según el independiente Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), este año el mayor diferencial entre la tasa máxima y mínima para el dólar se observó a finales de mayo y comienzos de junio, pero desde julio se ha producido una persistente reducción. 

“Hay un momento de calma en el mercado. No es la primera vez que esto sucede, de hecho evaluamos que en 2021, 2022 y 2023, durante semanas consecutivas, la tasa de cambio permaneció constante”, indicó Pavel Vidal, doctor en Economía e investigador principal de OMFi. 

“Y algo que se ha repetido durante estos periodos en la que la tasa se ha mantenido constante siempre viene después de un periodo de alta volatilidad, que en este caso empezó en mayo”, añadió el experto. 

OMFi publicó en su boletín de septiembre, que de acuerdo con empresarios cubanos dedicados al comercio exterior, han frenado las compras externas, mientras esperan tener una mayor claridad sobre el marco regulatorio estatal. “Una menor demanda de divisas para importaciones contribuye en el muy corto plazo a ayudar a estabilizar la tasa de cambio informal, pero a costo de aumentar la escasez y estrangular el consumo. El desequilibrio de fondo se conserva; a saber: escasez crónica de divisas para cubrir las necesidades de insumos y de bienes importados”, refirió el Observatorio. 

Ricardo Torres, doctor en Economía, también señaló que quienes participan en el sector privado “están reduciendo y siendo mucho más cautelosos a la hora de contratar importaciones, por lo que hay una menor demanda de divisas en el mercado informal, y eso contribuye de alguna manera en esa estabilidad. 

Pero el investigador de American University, aclaró que se trata de “una estabilidad precaria y no por la razón correcta. Podríamos terminar en una situación en la cual se logre estabilizar el precio del dólar en el mercado informal, pero el costo sería reducir significativamente las importaciones en el sector privado, lo que provocaría mayor escasez”. 

Los especialistas advierten que la economía cubana ha seguido deteriorándose: escasez de alimentos, medicinas y productos fundamentales; crisis energética, disminución del turismo internacional, éxodo masivo -con la consiguiente pérdida de fuerza laboral-, baja producción y un entorno restrictivo para el sector privado, entre otros aspectos. 

Ricardo Torres apuntó que este año los indicadores económicos siguen con tendencia desfavorable: caída de arribos de visitantes internacionales (hasta julio), los problemas con el abasto la energía, en particular la eléctrica, que tiene un efecto directo en la producción; la zafra fue peor que la del año pasado, que ya fue muy mala. Eso genera problemas tanto en la oferta de divisas en la economía, como en la percepción de las personas y las expectativas que tienen en el mercado. 

Steve Hanke, experto mundial en hiperinflación y profesor de economía aplicada de la Universidad Johns Hopkins (EE. UU.), publicó el 19 de agosto pasado, su más reciente medición del índice inflacionario en la economía cubana: cayó un 28% interanual, cifra semejante a la de octubre de 2023 y lejos del 205% de agosto de 2022.

Se frena caída del valor del peso cubano: “¿un intercambio de inflación por hambre?”

La economista Rafaela Cruz declaró a Diario de Cuba a inicios de septiembre que “el valor de la moneda y la inflación se retroalimentan, reflejándose los cambios de uno en el otro. Principalmente la devaluación de la moneda nacional repercute casi de inmediato en los precios, porque los empresarios se protegen manteniendo estables sus costes financieros”.

En un análisis del citado medio independiente Cruz advierte que aunque “está habiendo una contención de la inflación en Cuba en este momento, es una contención insana”. “Una contención sana de la inflación sucede desde el lado de la oferta, cuando un aumento de bienes y servicios a una misma cantidad de dinero circulante habla de una economía con capacidad de respuesta para el poder de compra existente; pero cuando la inflación se reduce mediante mecanismos monetarios, como la reducción del circulante, algo que en Cuba es obvio (solo hay que mirar las colas en los cajeros), o reduciendo el poder de compra de los salarios, lo que también está sucediendo en Cuba desde hace varios años, significa que la inflación se está reduciendo porque la gente, al ser más pobre, demanda menos”, explicó. 

“Hay un intercambio de inflación por hambre”, concluyó la economista.

Rafaela Cruz apunta que aunque actualmente la tasa de cambio del mercado informal se mantiene estable podría haber un punto de inflexión: "Entonces veremos el repunte de la inflación, pues las personas tendrán que pagar más por una menor oferta, aunque se mantenga estable el tipo de cambio, pues se habrá llegado a un equilibrio nuevo entre importaciones reducidas —para las que hacen falta menos dólares— y ventas minoristas más caras, saltándose de una u otra manera los controles de precios, que jamás funcionan a medio plazo".

El dólar estadounidense es una de las principales monedas que circulan en Cuba, aunque no es posible acceder a servicios y productos con ella en todos los establecimientos del país. Las personas que tienen dólares suelen cambiarlos en pesos cubanos en el mercado informal, también conocido como mercado negro, donde el precio de compra-venta es más alto que el oficial.