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Migrantes cubanos, entre ellos una mujer embarazada de 8 meses, se entregan a la Patrulla Fronteriza de EE.UU. en Eagle Pass, Texas, en septiembre de 2023. REUTERS/Archivo.
Migrantes cubanos, entre ellos una mujer embarazada de 8 meses, se entregan a la Patrulla Fronteriza de EE.UU. en Eagle Pass, Texas, en septiembre de 2023. REUTERS/Archivo.

Migración y población en Cuba: ¿a las puertas de una catástrofe demográfica?

Por: Marleidy MuñozPublicado: 24 de julio de 2024 - Actualizado: 24 de julio de 2024

Si tienes poco tiempo...

  • La población de Cuba ha tenido un decrecimiento significativo y actualmente cuenta con menos de 10 millones de habitantes, según el dato oficial.

  • La divergencia en las cifras oficiales y un estudio independiente, con estimaciones de la reducción poblacional de entre el 10 % y 18 % en los últimos años, subraya la gravedad de la crisis demográfica cubana.

  • Este declive poblacional es resultado directo de una combinación de alta emigración y una baja en la tasa de natalidad, siendo exacerbado por factores económicos, sociales y políticos que han llevado al país a una crisis humanitaria multidimensional, descrita como una «policrisis» por el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos.

La población de Cuba cayó por debajo de los 10 millones de personas y continúa la tendencia al decrecimiento, confirmó el oficialismo este mes. Según las cifras oficiales y estimaciones de un reciente estudio independiente, se trata de una reducción en menos de 5 años, de entre el 10 % y el 18 % de los habitantes en la isla.

«Hay una situación de emergencia que está más allá de una emergencia sanitaria, es una crisis humanitaria», declaró en una reciente entrevista con la agencia de noticias EFE, el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, quien considera que la situación «es grave y está cada vez más cerca del punto de implosión».

¿Cuánto ha disminuido la población en Cuba en la última década? 

Para el cierre de 2023 los habitantes en Cuba con residencia efectiva eran 10 055 968 -una cifra similar a la de 1985-, según detalló el 19 de julio de 2024, ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Este dato implica una reducción del 10 % de la población en cuatro años.

Se considera población efectiva a toda la que, en un año calendario, nació en el país o en otro país, pero reside de forma permanente en Cuba, o acumuló 180 días o más de residencia durante los últimos 365 días y no ha fallecido, precisó la ONEI. 

Según los datos oficiales, la población cubana decreció en 1 125 627 personas, de ellas 1 005 006 por concepto migratorio y 120 621 debido a la prevalencia del número de defunciones sobre el total de nacimientos. La distribución de la disminución fue:

-50,8% hombres y 49,2% mujeres,

-8,6% en las edades de 0-14 años,

-79,5% en las edades de 15-59 años,

-11,9% en las edades de 60 años y más.

Además, el vicejefe primero de la ONEI afirmó que, «dada la dinámica demográfica que se registra en los primeros meses del 2024, la contracción del número de nacimientos y la continuidad del movimiento de personas hacia el exterior desde los últimos meses del 2023, actualmente la población de Cuba es menor a 10 millones de habitantes y debe seguir decreciendo».

Elaine Acosta, socióloga y profesora de la Florida International University (FIU), dijo a Martí Noticias que esta situación «se ha venido ya comentando por expertos, el impacto que han tenido varios procesos en el decrecimiento de la población cubana que ya viene produciéndose hace bastante tiempo».

De acuerdo con la especialista, «el problema está en que el gobierno no había reconocido, hasta ahora, el impacto de la estampida migratoria en ese decrecimiento de la población; ahora sí lo reconoce, aunque hay que decir que con un subregistro importante y de manera bastante tardía». 

Cuestionamiento de los datos oficiales

Las cifras expuestas por Alfonso Fraga no coinciden con las estimaciones realizadas por el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos, quien calculó para un reciente estudio independiente que la población de Cuba cayó un 18 % entre 2022 y 2023, principalmente por la migración, hasta situarse en los 8,62 millones de personas, informó EFE.  

Para el estudio demográfico el cálculo se basó en las cifras de cubanos que han llegado a EE. UU. entre octubre de 2021 y abril de 2024, que ascienden a 738 680 personas, según información oficial de las autoridades estadounidenses citadas por EFE.

La investigadora cubana Hilda Landrove, doctora en Estudios Mesoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte que «si consideramos factores como que la estimación [oficial] no se ha hecho por censo físico, que las cifras de la ONEI pueden considerarse un subregistro, y también que las estimaciones de Albizu Campos pueden tener margen de error debido al uso de proyecciones, entre otros; estamos hablamos de un decrecimiento, en tres años, de entre el 10 y el 18% de población».

En opinión de Landrove, es «una catástrofe demográfica por donde quiera que se mire, con proyecciones que indican el mantenimiento de un ritmo similar o su intensificación en los próximos años, y que es completamente coherente con todas las otras catástrofes [del país]».

La periodista cubana Loraine Morales, Doctora en Estudios de Migración por el Colegio de la Frontera Norte (México), señaló en un reciente artículo: «Un declive tan abrupto generalmente responde a causas extremas como catástrofes naturales masivas, una pandemia muy severa, una guerra a gran escala o, en el caso cubano, un éxodo masivo de población. Recuperar los niveles de población previos puede tomar décadas».

Crisis en Cuba: alta emigración, baja natalidad y envejecimiento poblacional

La socióloga e investigadora Elaine Acosta subraya que «la complejidad que significa toda la dinámica poblacional que se está produciendo en Cuba es algo que venimos alertando hace tiempo porque tiene impactos en todas las esferas de la vida y está muy íntimamente conectado con el resto de las crisis que vive la sociedad cubana, hace ya varios años, y que se ha agravado sobre todo posterior a la pandemia y la Tarea Ordenamiento; o sea, que la familia decida no tener más hijos, que las familias, y los jóvenes en particular, decidan emigrar, son decisiones de vida que están íntimamente relacionadas con la crisis, que en todo orden vive la sociedad cubana».

Cuba entró oficialmente en recesión económica en 2023 con una caída del Producto Interno Bruto de entre 1% y 2%». Según la Tabla de actualización de proyecciones de PIB (Producto Interno Bruto) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Cuba la economía crecerá en 2024 sólo un 1,3%. El PIB de la isla este año solo crecería más que el de Argentina (-3,1) y el de Haití (-2,0), según la proyección del organismo regional.


Para el demógrafo Juan Carlos Albizu-Campos, Cuba tiene una «policrisis». Así define el experto a «una cascada de crisis que se superponen y actúan de forma combinada», y que ha hecho que Cuba sea el país que más ha retrocedido en los últimos años en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En este contexto, que provoca escasez de alimentos y medicinas, crisis en los sectores de salud y educación, empobrecimiento, prolongados apagones, sumado a la falta de libertades y a un aumento visible de la represión estatal, el éxodo que se registra no tiene precedentes. 

La oleada de los últimos años en Cuba es mayor que la del Mariel en 1980, cuando se fueron del país  130 000 personas; y muchísimo más que el de la crisis de los balseros en 1994, cuando escaparon cerca de 35 000. Para que se tenga una idea de la dimensión del éxodo actual, baste decir que tras la toma del poder por Fidel Castro salieron del país unos 300 000 cubanos entre 1960 y 1963.

Si antes Cuba era receptora de migrantes, después de 1959 las personas se han marchado de la isla por todos los medios, incluso atravesando peligrosas rutas migratorias por tierra y por mar, para buscar nuevas oportunidades. Sólo a Estados Unidos han llegado más de medio millón de migrantes cubanos desde diciembre de 2021, según cifras oficiales.

Por otro lado, de acuerdo con los datos oficiales presentados recientemente en el

Parlamento sobre «el decrecimiento natural en los últimos tiempos en la isla: han muerto más personas que las que han nacido». De acuerdo con la información disponible, «hay 124 municipios con esa característica», y «en provincias como La Habana y Villa Clara ha estado ocurriendo por 15 años».

El análisis de la ONEI reveló que todas las provincias y municipios experimentan un descenso en su población. Las provincias más afectadas por el decrecimiento son La Habana, Cienfuegos y Mayabeque.  La capital del país sigue siendo la única provincia «millonaria» en términos de población, aunque desciende por debajo de los dos millones.

También incide en el agudo cambio demográfico «la continua contracción del número de nacimientos que se registran en los últimos años y que en 2024 debe estar por debajo de los 80 000, la cifra más baja desde 1959».

Mientras, en el 2023 se registró que un quinto de la población del país (24.4 %) tenía 60 años o más. «Por cada 1000 niños de 0-14 años, nacionalmente hay 1511 adultos mayores de 60 años y más», según el reporte oficial. La esperanza de vida también ha disminuido en el país: siete años entre 2011 y 2021.

¿Qué impactos podría tener el decrecimiento poblacional en Cuba?

Además de los desafíos físicos y emocionales de quienes emigran y sus familiares, amigos y su comunidad, la emigración masiva también tiene un fuerte impacto negativo en el país de origen.


A Cuba le quedan cada vez menos recursos humanos calificados y tiene mayor éxodo de jóvenes. Estos impactos en las tasas de pobreza y lleva a que más personas decidan abandonar el país. De esta manera la migración puede crear un círculo vicioso. 

En el país de origen, es uno de los componentes del cambio demográfico que, junto con la mortalidad y la fecundidad, pueden afectar el crecimiento de la población y su estructura por sexo y edades, ya sea por sus efectos directos o indirectos.

Dado que la población migrante suele ser joven, en edades potencialmente productivas y reproductivas, las regiones de destino se rejuvenecen, mientras que las de origen envejecen al quedar predominantemente las personas de mayor edad. Es decir, en las regiones de destino aumenta la natalidad y disminuye la mortalidad, mientras que en las de origen sucede lo contrario.

Una región que pierde población por migración no sólo pierde su importancia numérica, sino también modifica su crecimiento natural. En el caso de Cuba, con una de las poblaciones más envejecidas del continente, esto afecta directamente.


Menos cubanos y más envejecidos es el resumen del comportamiento demográfico en la isla durante el pasado año, en el que se registraron apenas unos 90 300 nacimientos. La decisión de tener hijos en Cuba cada vez es más postergada, debido a la enquistada crisis económica y el declive del sistema de la Salud Pública, entre otros factores que imposibilitan a las familias satisfacer las necesidades mínimas. 

«Luego están los otros cambios a nivel de población económicamente activa y demográficos, que tienen que ver con la disminución del tamaño de la familia, el incremento de la cantidad de hogares con personas solas, que es un problema social muy fuerte en Cuba, porque no hay asistencia social; y un incremento de menores de edad al cuidado de otros parientes», señaló Elaine Acosta durante una conferencia en el IX Encuentro del Centro de Estudios Convivencia (FIU), el pasado febrero. 

Los efectos no se reflejan únicamente en la alteración de las estructuras demográficas, sino también en la modificación de las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales, las cuales tienen a su vez repercusiones a nivel personal y familiar.

Cuando la migración es muy significativa, la pérdida de población puede mermar el potencial productivo de las comunidades de origen, ya que su salida, temporal o definitiva, genera escasez de fuerza de trabajo en ciertos sectores o industrias específicas y, por ende, tiende a desestimular el crecimiento económico.


Con respecto al las remesas, si bien este flujo financiero dirigido al país de origen permite la contribución positiva y el bienestar de la familia del migrante; la dependencia de recibir remesas puede reducir la oferta de mano de obra en la medida en que actúan como sustituto al ingreso de los trabajadores. Conjuntamente puede hacer que la economía del país sea vulnerable a repentinos cambios de la coyuntura económica en los países de destino.


En este contexto, las autoridades cubanas aprobaron recientemente la nueva Ley de Migración, una normativa que parece no buscar mejores lazos con los migrantes cubanos, sino privarlos de más derechos.

Fuentes consultadas

EFE:

La población de Cuba cayó un 18 % entre 2022 y 2023, según un estudio independiente

La situación en Cuba es de “crisis humanitaria”, afirma el demógrafo Albizu-Campos

Cubadebate: Cuba en datos: Hoy somos menos de 10 millones de cubanos residentes

Martí Noticias: Expertos analizan consecuencias del decrecimiento poblacional en Cuba

elTOQUE: RECONOCEN DISMINUCIÓN ALARMANTE DE LA POBLACIÓN CUBANA EN ASAMBLEA NACIONAL

Diario de Cuba: Cuba registró en 2023 la cifra de natalidad más baja de los últimos 60 años 

CEPAL:  Tabla de actualización de proyecciones de PIB

Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

Publicación en Facebook de Hilda Landrove.

VIDEO: Conferencia de Elaine Acosta en IX Encuentro del Centro de Estudios Convivencia. FIU, 24 feb 2024.

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