Discurso de ministra manipula realidad de la Educación en Cuba
El monopolio estatal de la educación en Cuba se basa en el adoctrinamiento político, lo que no favorece un pensamiento “crítico y autónomo”, y socava el derecho a la libertad académica. Además, el régimen cubano es señalado por organizaciones nacionales e internacionales por las constantes violaciones de derechos humanos y la falta de libertades civiles. De las escuelas cubanas, han sido expulsados alumnos y profesores que critican el sistema político impuesto en el país.
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En el Congreso Pedagogía 2025 en La Habana, la ministra cubana de Educación promovió la visión de un sistema educativo enfocado en la formación integral de ciudadanos críticos y comprometidos con valores humanistas.
Sin embargo, este planteamiento contrasta con acusaciones de adoctrinamiento político y violaciones a la libertad académica en Cuba, donde se señala al sistema educativo de seguir estrictamente las directrices del Partido Comunista y sofocar críticas al régimen.
La ministra cubana de Educación, Naima Trujillo Barreto, aseguró en el Congreso Pedagogía 2025 que sesiona hasta el 13 de febrero en La Habana, que el Sistema Nacional de Educación “sostiene la formación integral de un ciudadano crítico, autónomo, identificado con su nación y (...) la defensa de los derechos humanos, la tolerancia, la igualdad, la protección del medio ambiente (...)”.
Sin embargo, hay dos elementos en esta afirmación que son totalmente FALSOS: el monopolio estatal de la educación en Cuba se basa en el adoctrinamiento político, lo que no favorece un pensamiento “crítico y autónomo”, y socava el derecho a la libertad académica. Además, el régimen cubano es señalado por organizaciones nacionales e internacionales por las constantes violaciones de derechos humanos y la falta de libertades civiles. De las escuelas cubanas, han sido expulsados alumnos y profesores que critican el sistema político impuesto en el país.
Asimismo, el sistema educativo en Cuba está en crisis por la falta de docentes, escasez de bibliografía y recursos materiales; y la precaria infraestructura de los centros estudiantiles; entre otros aspectos que hemos analizado anteriormente en Martí Verifica. Se trata de un sistema que debe responder obligatoriamente —en todos los niveles de enseñanza— con las directrices del Partido Comunista (PCC).
¿Educación o adoctrinamiento?
El Observatorio de Libertad Académica (OLA) denunció el pasado septiembre la intensificación del adoctrinamiento escolar en Cuba, impulsada a través del Tercer Perfeccionamiento de la Enseñanza.
“En Cuba ha habido un proceso de reelaboración y actualización de los libros de primer grado, que es el primer ciclo de aprendizaje que viven los infantes y podemos observar unos textos, con una alta carga ideológica acorde al canon impuesto por el Partido Comunista, en una edad donde el niño debe estar enfocado en actitudes para el emprendimiento que potencien su creatividad”, subrayó Leonardo Fernández Otaño, Máster en Ciencias Históricas, e investigador de la mencionada ONG.
Fernández Otaño precisó a Martí Noticias que “en lugar de potenciar y estar en sintonía con los adelantos educativos regionales y que se viven en el mundo pedagógico, Cuba opta por reproducir el modelo totalitario en la educación, que es lo que conlleva a crear estudiantes, autómatas y comprometidos con el sistema, en vez de niños que se han formado una conciencia de libertad, de libre albedrío y que tengan una formación sólida y enmarcada en un contexto de libertad”.
El periodista independiente Vladímir Turró declaró a Martí Noticias, en las escuelas cubanas “el adoctrinamiento empieza desde el primer día con la consigna ‘Pioneros por el Comunismo’. (...) A mí me encantaría poder llevar a mi hijo a una escuela donde no sea adoctrinado, donde le sea contada la historia tal y como es, pero realmente nosotros no tenemos esa posibilidad en Cuba. Aquí todas las escuelas responden a los intereses del Gobierno e incluso si yo quisiera no enviar a mi hijo a la escuela y contratar profesores particulares para que le dieran clases, no puedo hacerlo porque puedo ir preso”.
“Vemos a diario niños de 5 años gritando en las escuelas 'Patria o Muerte'”, relató una madre cubana desde la isla, quien cuestionó, además: “Se da por sentado que si la educación es gratuita, debo aceptar que los valores que se le enseñan a mi hija sean los mismos que constituyen la profunda crisis de derechos que se vive en nuestro país”.
Por su parte, Eloy M. Viera Moreno escribió en un artículo publicado por 14ymedio: “Esa larga cadena de varias generaciones adoctrinadas por la Escuela cubana "reformada", nadando en las profundidades de la doble moral, califica entre las causas fundamentales de la actual pérdida de valores de todo tipo, especialmente de aquellos que impulsan la participación ciudadana, la construcción de la nación”.
Puede conocer más del tema en las siguientes investigaciones publicadas por la fundación 4Métrica.
Persecución por motivos políticos en la educación cubana
Estudiantes y profesores que disienten o se posicionan de forma pública contra los dogmas del régimen, “han sido víctimas de represalias, hostigamientos y ataques por motivos políticos e ideológicos, todo lo cual configura una práctica sistemática que responde a patrones específicos contra la libertad académica”, como se documentó en este informe realizado por OLA.
El Observatorio ha documentado en varios informes cómo el Gobierno cubano implementó desde 1959 una política de Estado que persigue, ataca y discrimina a profesores, con despidos injustificados, y a los estudiantes que no se sumen al llamado proyecto revolucionario.
“Bajo la premisa de una reforma a las bases de educación superior cubana para formar al 'hombre nuevo', Cuba inició una política de Estado que generó una serie de violaciones a los derechos humanos en el sector universitario. Esta situación parece haber quedado perpetuada en el tiempo, ya que hasta la actualidad se mantienen vigentes los postulados de la reforma”, denunció la organización no gubernamental.
Varios casos de años recientes, evidencian la sistemática persecución académica en Cuba.
En 2022, José Luis Tan Estrada, profesor y periodista, fue expulsado de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte y Loynaz” por su postura crítica hacia el régimen cubano y sus publicaciones de denuncia en Facebook.
El profesor David Martínez Espinosa también fue sacado en octubre de 2021 de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos por ser uno de los firmantes de una solicitud entregada a las autoridades de la provincia para realizar una marcha pacífica.
Anteriormente habían sido expulsados de centros educativos en la isla, Amador Perfecto Blanco Hernández, profesor del Departamento de Historia del Instituto Superior Pedagógico “Félix Varela”, de Santa Clara, por hacer en sus clases comentarios críticos sobre los acontecimientos sociales en la Unión Soviética; el profesor Osmany Suárez Rivero por enviar una carta a la directiva de la universidad en la que ejercía en Holguín; la académica Omara Ruiz Urquiola fue sacada arbitrariamente del Instituto Superior de Diseño y su hermano Ariel de la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana.
Otros ejemplos son las represalias en la academia contra el Doctor en Ciencias Jurídicas,
Julio Fernández Estrada en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana (UH); el doctor Omar Everleny, quien fue expulsado del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la UH; José Raúl Gallego, profesor de Periodismo en la Universidad de Camagüey, o Roberto Peralo, profesor de la Universidad de Matanzas.
En el caso de los estudiantes, se incluye el de Karla María Pérez, quien fue expulsada de la Universidad Central de las Villas donde cursaba Licenciatura en Periodismo, “por no comulgar con las ideas comunistas”, según declaró entonces.
Pérez se exilió en Costa Rica y terminó sus estudios como periodista. En 2021, el régimen de La Habana le prohibió entrar a la isla, otra práctica represiva de las autoridades contra quienes disienten.
Cuando las protestas antigubernamentales de julio de 2021 en la isla, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), conjuntamente con sus Relatorías Especiales para la Libertad de Expresión (RELE) y para los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA), también mostraron su preocupación ante las diferentes detenciones arbitrarias, entre ellas a activistas, profesores y estudiantes.
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