¿Lazo dice la verdad sobre las causas de la escasez de leche en Cuba?

Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y del Consejo de Estado cubano, expresó durante un recorrido oficial por municipios de la provincia Sancti Spíritus, que la escasez de leche en el país es provocada por el hurto del ganado y problemas en los contratos con los productores.

«¿Por qué no hay leche? Porque nos están robando el ganado en la cara, porque nos hemos descuidado y no hacemos bien los contratos. Y porque nos falta solidaridad», dijo en un video publicado el 9 de marzo en YouTube por la emisora estatal Radio Sancti Spíritus.

La afirmación del presidente del Parlamento cubano (VIDEO min. 2.20) es INCOMPLETA. El funcionario menciona como la causa principal de la falta de leche en el país, los robos de ganado y la impericia en los contratos, mientras omite otras de fondo, que son responsabilidad del Estado.  

El doctor en Economía Pedro Monreal ha dado seguimiento al tema y divulga regularmente datos y análisis en sus redes sociales. En abril de 2022, apuntó en una publicación en X que «la gestión ganadera estatal ha registrado en Cuba una trayectoria nefasta».

El experto explicó que «en tres décadas pasó de producirse [en entidades estatales] más del doble de leche por vaca en comparación con el sector no estatal, a producir solo 70% de la leche por vaca no estatal. La más reciente crisis comenzó en 2017».

En días recientes, Monreal señaló, a partir de datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), que durante «la crisis agropecuaria actual» se produce menos leche que en los años del “Período especial”, como llamó el oficialismo a la crisis tras el cese de las ayudas de la extinta Unión Soviética.

A mediados de febrero pasado la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, aseguró que en la escasez actual incide que en los primeros meses del año «normalmente decrece la producción» en Cuba; y no se había podido importar toda la leche en polvo necesaria para sustituir la leche fresca en La Habana, Holguín, Santiago de Cuba, Guantánamo y Pinar del Río, provincias donde no hay vacas suficientes para cubrir la demanda.

Ante la falta del alimento, incluso para niños de hasta siete años -como prometió garantizar el expresidente Raúl Castro desde 2007 -, el Gobierno cubano recurrió a una petición formal al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, para distribuir leche en polvo en los primeros meses de 2024, confirmó a finales de febrero la agencia de prensa EFE.

Tras la noticia, el medio oficial Cubadebate publicó a inicios de marzo que Cuba «ha mantenido una relación de larga data con el Programa Mundial de Alimentos», del cual ha recibido «apoyo en situaciones de desastres y otras emergencias».

El economista Pedro Monreal respondió en X: «La crisis con la producción nacional de leche no se debe a desastres naturales ni es simplemente “una emergencia”. Refleja una política agropecuaria fallida y es una “situación” estructural de largo plazo que no va a resolver el PMA. Un poco de rigor analítico no vendría mal». 

«Se perdieron más cabezas de ganado por hambre que por hurto y sacrificio»

El robo de ganado en Cuba se elevó en 2022 en un 145% con respecto a 2021, confirmó el Ministerio de la Agricultura a Cubadebate. Según el citado medio oficial, ese año fueron denunciados 82.445 hurtos de cabezas de ganado (43.315 vacas y 37.130 caballos, entre otros); y en 2021 la cifra de robos fue de 33.690 (con 17.144 vacas y 16.546 caballos).

A finales del pasado año, la Comisión Agroalimentaria informó a la Asamblea Nacional que en 2023 la pérdida en la masa ganadera por hurto y sacrificio ascendió a más de 155.000 cabezas.

No obstante, estos datos se basan en las denuncias hechas en la Policía (a partir de registros que no son públicos), por lo que representaría sólo un porciento del fenómeno, porque según los propios ganaderos no siempre denuncian los hechos. 

«Todos saben en cada lugar quiénes son las personas que se dedican al hurto y sacrificio, por donde las mueven, qué recorridos hacen, los lugares donde generalmente las matan, y aun así para llegar a cogerlos tienes que demostrarlo con pruebas», declaró a Cubadebate Denis Sixto Rodríguez, director de la Finca Corralito, de la estatal Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos (Pinar del Río).

Según añadió Sixto Rodríguez, la Policía no tiene los recursos necesarios para recopilar las pruebas y detener a los ladrones. «Hay que tomar huellas, ver los rastros de sangre en los cuchillos y en la ropa que coincidan con los del animal sacrificado, igual que la carne. Estos son procedimientos que sí ayudarían a condenar a los ladrones, pero no siempre se hacen», afirmó.

En conversación con Martí Noticias, otros campesinos también lamentaron la pasividad de la policía ante los robos de ganado y advirtieron que son cada vez más los que se deshacen de sus animales para no enfrentar los ataques de los cuatreros y las presiones de las autoridades por las pérdidas.

«No se trabaja cómo se debería trabajar, realmente. Eso es un mercado negro que no es tan amplio y por lo general la gente sabe quién la vende. A mí me robaron los bueyes, me robaron las vacas. Yo hice la denuncia y no pasó nada. Nadie fue al lugar de los hechos donde mataron a los animales; nadie fue a ver lo que me hicieron en el corral», dijo Rogelio Pérez, campesino de Alquízar, en la provincia de Artemisa.

El nuevo Código Penal establece entre cuatro y diez años de privación de libertad el delito principal de sacrificio, y aumentó de tres a seis meses de prisión el límite mínimo de la sanción a imponer a quienes adquieran carne de ganado mayor sabiendo que proviene de un sacrificio ilegal.

Por otro lado, en 2023, en La Habana murieron más vacas de las que nacieron y las autoridades aseguran que una de las principales causas de los fallecimientos fue el hambre, mayormente en terneros. «Se perdieron más cabezas de ganado por hambre que por hurto y sacrificio», dijo a finales de febrero Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista (PCC) en La Habana 

Esto no sucede sólo en la capital. Durante 2022, la mayoría de las 22.541 cabezas de ganado mayor que murieron en la provincia de Villa Clara se perdieron por desnutrición.

Más de 7,000 reses también murieron durante el primer semestre de 2022 en la provincia de Las Tunas a causa de desnutrición, informó el Periódico 26.

En tanto, en septiembre de 2020 el periódico Adelante reportó: «Los pésimos resultados de la ganadería en Camagüey, locomotora de ese renglón económico en Cuba, se inscriben en la retahíla de infortunios». Según la nota del diario local «el deterioro de la masa es una alarma constante en la provincia. Hasta el mes de julio [de 2020] se reportan un total de 29 407 muertes, con 4 212 más que al cierre de 2019 y el 58 % de ellas, por desnutrición». 

Dos años antes, también se conoció que, en Camagüey, dejaron morir 29 400 vacas, la mayoría por desnutrición. Esa cifra supera en 4000 muertes las reportadas en todo 2019, aunque no se dice exactamente cuántas fueron.

¿Qué ganadería puede desarrollarse sin condiciones? 

Una revisión de datos y declaraciones oficiales de los últimos años, ilustra sobre la responsabilidad de las autoridades en la baja producción de leche.

En el citado artículo de Adelante se advierte que, de las «161 449 vacas en reproducción, se ordeñan 74 995 (46 %) y del total de hembras (vacas y novillas) en capacidad de reproducción sólo está en el programa de inseminación artificial el 34 %; y de ellas el 31 %, [están] vacías».

También se indica que, según el Departamento de Sanidad Animal del Ministerio de la Agricultura en esa provincia, sólo el 9 % de las unidades dedicadas a cría bobina en la provincia cumplen con los requisitos de bioseguridad. El resto padece de alta infestación de marabú en los potreros y signos de sequía.

Más recientemente, el gobernador de La Habana, Torres Iríbar, le aclaró a los campesinos en un balance del sector en la provincia, que el Estado no podrá importar materia orgánica. Es necesario que «cada productor o cooperativa desarrolle su banco de semillas, de estiércol y el humus de lombriz, porque los barcos con insumos no van a llegar».

En esa misma reunión, las autoridades también reconocieron que la empresa estatal Acopio les debe dinero a los campesinos. Los impagos del Estado son una de las principales quejas de los campesinos cubanos, además de los bajos precios que impone el Estado mientras les obliga a venderles sus productos. 

«En el caso de la leche o de la carne, que es una de las cosas que más nos afecta, es porque no hay ley contra los ladrones. El campesino, por ese lado, está desprotegido totalmente», dijo a Martí Noticias, Pedro Manuel Dorado, un productor de la Cooperativa de Créditos y Servicios Enrique Campos, en La Jabilla, Guantánamo.

«Un litro de leche, lo pueden pagar [el gobierno] a 20, a 30 [pesos] que nadie quiere tener una vaca porque te van a matar a tu casa por una vaca y, prácticamente, no se hace nada por eso. Eso es lo que me ha desmotivado mucho la producción de ganado. Están muy flojos contra los ladrones. La ley la pone el Estado y si el Estado no hace cumplir las leyes, esto tiene que cambiar», agregó. 

Para Germán Manuel González Rodríguez, un economista artemiseño con más de 50 años de experiencia en empresas agropecuarias, los robos y sacrificios de ganado tienen un móvil fundamental: la carencia de carne bovina. A la falta del alimento, según dijo, se une «los desmesurados precios a los que la vende el Estado, en dólares de Estados Unidos o en MLC [moneda libremente convertible], inalcanzables para el cubano de a pie», declaró a Martí Noticias.  

«Queremos alimentar a nuestros hijos»: reclaman madres cubanas

«Aquí no hay nada, muchos niños no van a la escuela por la necesidad que estamos pasando», dijo a Martí Noticias, Yadiuska Domínguez, residente en Maisí, provincia de Guantánamo.

A inicios de este año un grupo de madres cubanas se quejaron a través de redes sociales de la escasez de leche y otros alimentos. Mediante mensajes en el chat y publicaciones en la página de Facebook del Ministerio de Comercio Interior (Mincin), exigieron soluciones a la difícil situación que enfrentan.

En los mensajes, varias mujeres denunciaron que no tenían leche para alimentar a sus hijos. La organizadora del grupo de denuncias al Mincin, declaró al medio independiente CubaNet que «ya no aguantaba más», por lo que llamó a las madres cubanas a unirse para exigir sus derechos y los de sus hijos.

En medio del desabastecimiento y los atrasos en la distribución de leche subsidiada, para la venta en tiendas estatales, es difícil para la mayoría de las familias cubanas conseguirla por su cuenta.

Cerca de 2.000 pesos cubanos (equivalentes a unos seis dólares en el mercado informal) cuesta un paquete de un kilo de leche en polvo en las tiendas privadas. Mientras en el país un salario estatal puede alcanzar los 7.000 pesos cubanos al mes (unos 23 dólares).

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