Cierto que recuperar el turismo en Cuba «ha sido difícil», pero el régimen sigue construyendo hoteles

El ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, reconoció a inicios de mayo durante la Feria Internacional (FitCUBA 2023), que la recuperación de este sector ha sido difícil. 

Las fuentes consultadas por Martí Verifica para elaborar esta verificación confirman que la industria del turismo en la isla no alcanzó las cifras prepandemia, aunque sí superó sus números con respecto a 2021 y 2022. Sin embargo, según expertos, hay poca perspectiva de mejora en lo que queda de año.

En 2021 llegaron a Cuba 356 470 turistas internacionales. Un año después, cuando la mayoría de los países habían flexibilizado las medidas sanitarias para evitar la propagación de la covid-19, las autoridades cubanas se propusieron una meta inicial de 2.5 millones de visitantes. Esa cifra luego cambió a 1.7 millones, pero ninguna de las dos logró cumplirse: a la nación arribaron finalmente 1.6 millones. Estos números se quedan lejos de los visitantes alcanzados en 2019 (4.2 millones).

De acuerdo a especialistas consultados por la agencia EFE, otros destinos turísticos de sol y playa en el Caribe (una de las principales apuestas del turismo cubano) sí lograron un aumento de visitantes significativo. Este es el caso de Cancún, en México, y Punta Cana, en República Dominicana. La consultora ForwardKeys analizó que en 2022 la nación caribeña tuvo la peor recuperación de las Américas.

El ministro García Granda enumeró otras razones que justifican los números obtenidos. Entre ellas, la no recuperación del mercado que componen los turistas europeos, la invasión de Rusia a Ucrania, y a las sanciones y medidas del Gobierno de los Estados Unidos a la isla.

«Un ciudadano europeo que venga a Cuba tiene que ir presencialmente a solicitar una visa si desea viajar luego a territorio estadounidense, porque no le dan el derecho a la visa electrónica ESTA», explicó el funcionario.

José Luis Perelló, profesor de la Universidad de La Habana y experto en turismo, considera que también influye el fallo judicial en una corte estadounidense contra varias compañías de cruceros de ese país que viajaban a la isla. Estas compañías deben pagar la suma de 400 millones de dólares a la parte demandante por participar en «turismo prohibido» y enrolar a estadounidenses en actividades que se salían de las permitidas en el programa Pueblo a pueblo.

Además, entre agosto y septiembre de 2023 varias aerolíneas anunciaron una disminución de su frecuencia de vuelos a Cuba, entre ellas las españolas Iberia e Iberojet, y las estadounidenses JetBlue, Delta y United Airlines.

Canadá es el principal emisor de turistas en 2023, seguido por la comunidad cubana en el exterior, Estados Unidos y Rusia.

Los hoteles vacíos de Cuba

A pesar de estas cifras, el Gobierno cubano sigue construyendo hoteles. Desde 2022 se han inaugurado ocho y se prevé que se construyan cinco más antes de que se acabe el año. En FitCuba, Manuel Marrero Cruz, primer ministro del país, declaró la existencia de 81.000 habitaciones disponibles para hospedaje.

Sin embargo, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONEI), en los primeros seis meses de 2023 sólo se ocuparon el 27.9 % de esas habitaciones. Si tomamos en cuenta los números aportados por Marrero Cruz, esto arrojaría un saldo de 58.401 habitaciones vacías.

Ni en los años donde hubo una mayor visita de turistas al país la ocupación hotelera superó el 60%. Esto se debe, en parte, a que muchos de los visitantes se hospedaban en casas de particulares o eran cubanos residentes en el exterior que iban a visitar a sus familias.

Para el Doctor en Economía, Pedro Monreal, la inversión asociada al turismo no se corresponde con sus resultados. El experto, señaló que incluso un año antes de la expansión mundial del coronavirus, en 2019, el número de visitantes extranjeros decayó y, paradójicamente, la capacidad hotelera aumentó.

Entonces, ¿por qué el régimen continúa la construcción de edificios vacíos que difícilmente serán ocupados por turistas?

Hasta el momento las autoridades no han sido transparentes con este asunto. Sí se sabe, según números de la ONEI, que la construcción de hoteles encabeza las prioridades de inversión del poder. En 2022, un total de 23359.6 millones de pesos fueron destinados al sector, descrito por la ONEI como «servicios empresariales, actividades inmobiliarias y alquiler».

Un futuro incierto

En su intervención en FitCuba, García Granda se mostró optimista. «[Se mantiene] la esperanza de volver a alcanzar las cifras anteriores a la pandemia», expresó.

La previsión de 2023 era que a la isla arribaran 3.5 millones de visitantes. Pero parece que por segundo año consecutivo será complicado alcanzar esos números. Con respecto a este tema, Monreal estima dos escenarios posibles: en el primero llegarán al país 2.31 millones de turistas y en el segundo 2.81 millones.

Esto «hace muy cuestionable el desenfreno inversionista asociado al turismo, el cual desvía recursos que se necesitan con urgencia en otras actividades», opinó Monreal. «La baja tasa de ocupación en 2022 indica no solamente un gran exceso de capacidad. Es también un monumental despilfarro de inversión».

Por otra parte, el Informe de balance del Ministerio de Turismo resaltó deficiencias en cuanto a «problemas con la calidad del servicio, la falta de productos e insumos, el mantenimiento de las instalaciones, el reabastecimiento de combustible, la insuficiente oferta de actividades de entretenimiento, extrahotelera o la conectividad a Internet».

El turismo es considerado un sector «estratégico» para el desarrollo económico y social de Cuba, así lo reconoció Marrero Cruz en FitCuba. El vicepresidente añadió que representaba el 7.6 % del producto interno bruto y que legisladores gubernamentales estaban preparando una Ley de Turismo que debería aprobarse antes de 2027.

«En la situación actual», reconoció Marrero Cruz en marzo, «Cuba necesita del turismo y de los ingresos que este pueda aportar a la economía nacional».