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Una madre con su hijo en brazos protesta frente a la sede del Partido Comunista en La Habana, el 29 de septiembre de 2022. Foto: Reuters/Alexandre Meneghini.
Una madre con su hijo en brazos protesta frente a la sede del Partido Comunista en La Habana, el 29 de septiembre de 2022. Foto: Reuters/Alexandre Meneghini.

¿Cuál es la situación de «pobreza alimentaria grave» en niños cubanos?

Por: Marleidy MuñozPublicado: 1 de julio de 2024 - Actualizado: 1 de julio de 2024

Si tienes poco tiempo...

  • El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que el 9 % de la población infantil en Cuba sufre de pobreza grave: solo tendrían acceso a dos de los ocho alimentos considerados necesarios para una vida sana. Además, el 33 % de los menores en edades hasta los cinco años padecen pobreza moderada.

  • El Food Monitor Program y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), advirtieron que el dato emitido por la Unicef de un 9 % de pobreza infantil grave en Cuba «podría estar muy por debajo de la realidad».

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) incluyó a Cuba por primera vez en su informe «La pobreza alimentaria infantil. Privación nutricional en la primera infancia», publicado a inicios de junio de 2024.

El texto señala que el 9 % de la población infantil en la isla sufre de pobreza grave: solo tendrían acceso a dos de los ocho alimentos considerados necesarios para una vida sana. Además, en el documento se indica que el 33 % de los menores en edades hasta los cinco años padecen pobreza moderada.

¿Qué reportó la Unicef sobre la situación alimentaria de niños cubanos?

La organización internacional que vela por los derechos de la infancia precisó que, entre los niños que viven en situación de pobreza alimentaria infantil grave en Cuba, cuatro de cada cinco menores se alimentan únicamente con leche materna y/o productos lácteos y/o un alimento básico rico en almidón, como arroz, maíz o trigo. Menos del 5 % se alimenta con huevos, carne, aves y pescado; y menos del 10 % tienen acceso a frutas y verduras. La Unicef advierte que esto aumenta hasta en un 50 % las probabilidades de que los menores padezcan de «emaciación», una forma de malnutrición que pone en peligro sus vidas.

«La pobreza alimentaria infantil grave se debe a que hay entornos alimentarios precarios, malas prácticas alimentarias y pobreza de ingresos en los hogares (…) lo que significa que las familias no pueden permitirse una alimentación nutritiva y variada para sus hijos e hijas», refiere el citado informe.


Además, según la Unicef, esto evidencia que «los sistemas sanitarios no proporcionan a las familias los servicios esenciales de nutrición que necesitan los niños y niñas pequeños».


En febrero de 2024 Cuba solicitó por primera vez ayuda al Programa Mundial de Alimentos (PMA) ante las «dificultades para distribuir leche subvencionada a los menores de 7 años», según la dirección ejecutiva de la organización humanitaria.


Este programa de la ONU subrayó «la importancia de esta solicitud», especialmente en el contexto de la «profunda crisis económica que enfrenta Cuba», lo que impacta «significativamente en la seguridad alimentaria y nutricional de la población».


Por otra parte, Catherine Russell, directora ejecutiva de la Unicef, declaró a la agencia de noticias EFE que en el mundo «los niños que viven en situación de pobreza alimentaria grave son niños que viven al borde del abismo. En este momento, esa es la realidad para millones de pequeños, y esto puede tener un impacto negativo irreversible en su supervivencia, crecimiento y desarrollo cerebral».

La Unicef insta a las naciones mencionadas en el documento, entre ellas Cuba, a «garantizar que los marcos políticos y normativos de los sistemas alimentarios, sanitarios y de protección social respalden acciones coherentes que permitan abordar los factores que provocan la pobreza alimentaria infantil grave y estén libres de conflictos de intereses, incluyendo a la industria de alimentos y de bebidas».


No obstante, la organización en años pasados ha elogiado al régimen de La Habana por sus políticas hacia las niñas y los niños. La sede de la Unicef en Cuba no ha hecho ningún pronunciamiento sobre los datos recogidos en el informe sobre la situación en el país, y en su página web continúan asegurando que «distintos datos e investigaciones muestran el alto nivel de protección y desarrollo que poseen los niños, niñas y adolescentes de la isla». Los datos referenciados en dicha web son extraídos de informes oficiales de Cuba de hace una década, que no pueden verificarse de manera independiente.

¿La pobreza infantil en Cuba podría ser mayor que la señalada por Unicef?

El Food Monitor Program y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), organizaciones de derechos humanos con sedes en Bogotá y Madrid, respectivamente, advirtieron en un reciente reporte, que el dato emitido por la Unicef de un 9 % de pobreza infantil grave en Cuba «podría estar muy por debajo de la realidad».

Las organizaciones independientes advierten que «muchas instituciones internacionales se guían por estadísticas aportadas por el Gobierno cubano, las cuales suelen estar desactualizadas o sesgadas». Además, señalan que el Estado cubano «no suele publicar información que resulte sensible para su proyección política internacional». 

Por ejemplo, «Cuba continúa retrasando el censo poblacional previsto desde hace dos años, un conteo necesario ante el aumento considerable de los niveles de desigualdad y vulnerabilidad».

Para ofrecer una perspectiva más completa sobre esta problemática, ambas organizaciones compartieron algunos resultados -que reproducimos textualmente- de sus estudios sobre la crisis alimentaria en Cuba:

- Una investigación de Food Monitor Program sobre la alimentación escolar arrojó que el 90 % de los centros educativos de enseñanza primaria carecían de fuentes de agua potable. 

- En este estudio también se constató que las composiciones en la dieta escolar consistían mayoritariamente de carbohidratos, con ausencias permanentes de cereales, productos lácteos, alimentos cárnicos y pescado, frutas y verduras, llegando a servirse alimentos altamente desbalanceados en menús de «arroz y pan», «sopa y boniato».

- Food Monitor Program también ha alertado sobre la subalimentación y el «hambre oculta» en Cuba, determinada por la mayor presencia de alimentos ultraprocesados, así como de alimentos ricos en azúcares y grasas no saludables que, a falta de otros frescos, Cuba importa en grandes cantidades, siendo además opciones más baratas en medio del desabastecimiento y la inflación predominante en el país. 

- Según otras encuestas realizadas por Food Monitor Program, más del 80 % de los encuestados ha visto reducido su acceso a los alimentos tras la Tarea Ordenamiento.

- De acuerdo con el último informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba, del OCDH, teniendo en cuenta sus ingresos, el 88 % de la población cubana vive en la extrema pobreza.

- Según este informe, correspondiente a 2023, el 78 % de los consultados se habían privado de una o dos comidas diarias por falta de dinero o la escasez de alimentos. La crisis alimentaria (70 %), seguida de los bajos salarios y la inflación fueron identificados como los principales problemas sociales por las personas residentes en Cuba consultadas para la elaboración del reporte.

Por su parte la socióloga Elaine Acosta González, investigadora asociada al Cuban Research Institute, de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés), ha advertido que para gestionar la crisis se necesita «una reforma del Estado y de la política social en Cuba, una reorientación en el camino, inversa a como se ha venido haciendo».

De acuerdo con Acosta González, el primer paso de la reforma es que todos los actores interesados puedan proponer y diseñar un nuevo sistema de protección social. Es decir, una democratización del proceso de diseño, fiscalización e implementación de las políticas públicas, reportó elTOQUE. 

¿Qué han alertado otros organismos internacionales sobre la crisis en Cuba? 

Los datos de la Unicef se suman a otros recogidos por distintos organismos que alertan sobre la situación actual en Cuba.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (Redesca), expresaron en abril de 2024 a través de un comunicado conjunto, su preocupación ante el agravamiento de la inseguridad alimentaria en Cuba, así como por las interrupciones prolongadas del suministro eléctrico.

«Esta situación afecta desproporcionadamente a ciertos grupos de personas, como las personas mayores, mujeres embarazadas, niñas, niños y adolescentes, así como a personas con enfermedades crónicas, lo cual genera graves impactos en sus condiciones de vida», se señala en el documento.

Cuba descendió 30 puestos en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas, desde 2007. Según el Food Monitor Program y el OCDH, este es «un impacto que hasta ahora ningún otro país ha experimentado sin haber pasado por una guerra civil o un desastre natural».

Los observatorios alertan sobre la urgencia de visibilizar la situación de grupos poblacionales en condiciones de extrema vulnerabilidad en el país, «cuyos análisis resultan altamente sensibles para el Gobierno y por tanto tienden a manejarse sin evaluaciones realistas, lo que imposibilita igualmente el diseño y ejecución de políticas de asistencia y desarrollo adecuadas».

¿Qué denuncian las madres cubanas?

«Necesitamos ayuda», gritaron varias madres cubanas frente a la residencia del gobernante Miguel Díaz-Canel a finales de abril de 2024. Luego fueron amenazadas con cárcel. Unos días antes, otras mujeres salieron con sus hijos a las calles a reclamar «corriente, comida y libertad».

«Como madre de dos hijos, lo que más me golpea es el dilema de la alimentación, porque para poder vivir y desarrollarse, para pensar y efectuar cualquier tarea hay que comer. Así que mi lucha diaria es por la comida de mis hijos. Todos los derivados del lácteo son un lujo y rara vez puedo pagarles un helado», comentó una madre cubana a la revista Alas Tensas. 

Desde La Habana, otra madre y ama de casa de 31 años, con cuatro meses de embarazo, declaró a la agencia de noticias AFP: «Lo primero que yo digo cuando me tiro de la cama es qué le voy a dar de comida a mi hijo y cuando me acuesto [pienso] qué puedo darle para merendar, para su desayuno».

Yudeyvis Reinoso se plantó a reclamar frente a la sede de Gobierno del municipio Marianao, en la capital, y repetía, una y otra vez la misma frase, ante la escasez de alimentos que afecta a sus hijos: «¿Hasta cuándo hay que aguantar?». 

La carencia de comida, medicinas, corriente eléctrica, agua, y productos fundamentales, han llevado a las mujeres cubanas a manifestarse cada vez con mayor frecuencia en entornos públicos y virtuales. 



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