
Inseguridad alimentaria en Cuba: ¿qué revelan los últimos datos oficiales?
El capítulo de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca del Anuario Estadístico de Cuba 2023, fue publicado esta semana, y confirma que en la isla hay una aguda crisis de seguridad alimentaria, según advierte Pedro Monreal, doctor en Ciencias Económicas.
Los datos de 2024 no están disponibles, pero en octubre se informó —sin detalles— un empeoramiento aún mayor, añadió el experto en redes sociales.
La información que se ofrece en el capítulo 9 del Anuario Estadístico de Cuba comprende los principales indicadores que caracterizan la actividad de la agricultura —cañera y no cañera—, y la pecuaria —vacuna, porcina, avícola y otras ganaderías—; además datos sobre la tenencia y utilización de la tierra, silvicultura y la captura de la pesca por grupos de especies.
Sin embargo, es relevante aclarar que los datos oficiales no pueden ser contrastados por organizaciones y expertos independientes. La cobertura sobre temas de la agricultura en los medios estatales, controlados por el Partido Comunista, se basa en cifras fragmentadas, y una narrativa que minimiza la responsabilidad del régimen en la crisis alimentaria en la isla.
Y aunque los datos oficiales recién presentados indican la continuación de la crisis agropecuaria, con caídas notables en producciones clave, la situación podría ser peor, según advierten economistas.
Producción en Cuba: las cifras del desastre estatal
Los números oficiales recogidos por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) muestran una reducción de la existencia de ganado vacuno [de un total (por miles de cabezas) de 3 817,3 en 2019 a 3 252,4 en 2023]; y de la producción de leche de vaca (512 Mt en 2019 a 230,8 en 2023).

Además, se reportan caídas en la producción de alimentos esenciales como la carne de cerdo, arroz, viandas, huevos, frijoles y hortalizas.
La carne de cerdo cayó en un 93,2%, más de un 3,2% que en el año precedente, según la tabla de variación en la producción física de 2023-2022.
La producción de arroz, un alimento básico en la dieta de los cubanos, también sufrió una caída en 2023 reflejada en un -59,1%.
En tanto, la producción de viandas fue de un -44% menos, huevos (-43%,), frijoles (-29,5%) y hortalizas (-22,7%).
La producción de huevos también descendió.

También fueron negativos los indicadores de captura de pescado, aunque en este sector la mayoría de la pesca está destinada al sector del turismo o importación.

El titular del Ministerio de la Agricultura (Minag), Ydael Pérez Brito, detalló en la televisión nacional el pasado octubre sobre dos programas fundamentales para la alimentación de la población, cuyas producciones han mermado:
“En el programa de la avicultura, hace cuatro años teníamos ocho millones de gallinas, entre las ponedoras, los reproductores y los reemplazos. Hoy contamos con tres millones. Hemos decrecido cinco millones. También, hace cuatro años, teníamos unas 96.000 reproductoras porcinas, las cuales nos daban la posibilidad de proporcionar un nivel importante de entrega a los balances, fundamentalmente a la industria alimentaria, de más de 150 mil toneladas de carne. Hoy contamos con 26.000 mil reproductoras, no en buenas condiciones”.
El ministro justificó la situación actual principalmente por “el impacto” de las sanciones estadounidenses, los altos precios de las materias primas, y la escasez de combustible -el sector agropecuario trabaja “con menos del 10% del combustible”-, sin hacer mención del fracaso de las políticas gubernamentales para elevar la producción, y la centralización de las fuerzas productivas.
Sobre cómo Cuba pasó de ser una potencia azucarera a nivel mundial, a registrar en la molienda 2022-2023, la peor zafra de los últimos 125 años, puede conocer más en este Explicador.
La inseguridad alimentaria en Cuba se suma a la escasez de alimentos, medicinas, combustible y productos básicos, los prolongados apagones, alta inflación, problemas en los suministros de agua y gas, el desplome del turismo y el éxodo masivo más grande en la historia del país.
Mauricio de Miranda Parrondo, Doctor en Economía Internacional y Desarrollo, señala que “lo que está detrás de los vaivenes pendulares que caracterizan a la política económica desde hace décadas, es la renuencia de la clase burocrática a ceder los más mínimos espacios de poder”.
De acuerdo con el especialista, las autoridades cubanas creen que “la regulación que debe tener todo Estado moderno” en la economía nacional, consiste en un “reforzamiento de los mecanismos de control y discrecionalidad en la toma de decisiones”.
Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional: un fracaso
La seguridad alimentaria, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pretende que todas las personas tengan acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales y poder llevar una vida activa y saludable.
A finales de 2022, entró en vigor en Cuba la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, cuya implementación cumpliría con los preceptos legales de la Constitución cubana referidos a los derechos de los ciudadanos al “sustento seguro y completo”.
El economista cubano Elías Amor, en referencia a la nueva ley, dijo: “Alguien tendría que avisar a los comunistas cubanos que la soberanía y seguridad alimentaria no se consigue publicando leyes y normas, sino produciendo en el campo más y mejor”.
Desde Pinar del Río, el líder de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba Esteban Ajete Abascal, declaró a Martí Noticias que ellos llevan años reclamando al gobierno cinco puntos para lograr la verdadera independencia alimentaria: Libertad para la producción y distribución de nuestros productos; para fijar los precios de acuerdo con el mercado y para importar y exportar directamente; eliminar por diez años todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos y entregar títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas.
Hasta el momento, ninguno de estos puntos, ni otros reclamos de los productores cubanos, han sido puestos en práctica por parte del Estado. En tanto, se agudiza la escasez de alimentos, producto de una crisis sistémica y estructural, según advierten expertos.
Organizaciones internacionales advierten sobre crisis en Cuba
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) incluyó a Cuba por primera vez en su informe “La pobreza alimentaria infantil. Privación nutricional en la primera infancia”, publicado a inicios de junio de 2024.
El texto señala que el 9 % de la población infantil en la isla sufre de pobreza grave: solo tendrían acceso a dos de los ocho alimentos considerados necesarios para una vida sana. Además, en el documento se indica que el 33 % de los menores en edades hasta los cinco años padecen pobreza moderada.
El Food Monitor Program y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), organizaciones de derechos humanos con sedes en Bogotá y Madrid, respectivamente, advirtieron en un reporte, que el dato emitido por la Unicef de un 9 % de pobreza infantil grave en Cuba “podría estar muy por debajo de la realidad”.
Las organizaciones independientes advierten que “muchas instituciones internacionales se guían por estadísticas aportadas por el Gobierno cubano, las cuales suelen estar desactualizadas o sesgadas”. Además, señalan que el Estado cubano “no suele publicar información que resulte sensible para su proyección política internacional”.
Por ejemplo, “Cuba continúa retrasando el censo poblacional previsto desde hace dos años, un conteo necesario ante el aumento considerable de los niveles de desigualdad y vulnerabilidad”.
En febrero de 2024 Cuba también solicitó por primera vez ayuda al Programa Mundial de Alimentos (PMA) ante las “dificultades para distribuir leche subvencionada a los menores de 7 años”, según la dirección ejecutiva de la organización humanitaria.
Este programa de la ONU subrayó “la importancia de esta solicitud”, especialmente en el contexto de la “profunda crisis económica que enfrenta Cuba”, lo que impacta “significativamente en la seguridad alimentaria y nutricional de la población”.
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