¿Qué busca Díaz-Canel en los BRICS y por qué dejaron fuera a Maduro?
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La 16.ª Cumbre de los BRICS concluyó en Kazán, Rusia, con la presencia de líderes y representantes de 36 países, y la inclusión de Cuba como "miembro asociado" pero la exclusión de Venezuela.
Expertos como Jim O'Neill y el profesor Padraig Carmody han expresado escepticismo sobre las capacidades de cohesión económica del grupo y la idea de una moneda común, y advierten sobre los desafíos y limitaciones para un verdadero impacto global del BRICS.
La 16.ª Cumbre de los BRICS, el grupo de países liderado por las principales economías en desarrollo, se clausuró el jueves 24 de octubre en la ciudad rusa de Kazán.
Tras solicitar formalmente el ingreso de Cuba al bloque, el gobernante Miguel Díaz-Canel no llegó al encuentro al que asistieron líderes o representantes de 36 naciones de Asia, África y América Latina; pero sí asistió una delegación del régimen de La Habana encabezada por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla. El país fue aceptado como “miembro asociado” del grupo.
En tanto, no se admitió la integración del principal aliado del régimen cubano en la región, Venezuela, a pesar de que Nicolás Maduro se reunió con el presidente ruso Valdímir Putin, anfitrión de la cumbre y quien reconoció al país sudamericano como “uno de los viejos y fiables socios de Rusia en América Latina y en el mundo en general”.
¿La cumbre ofreció alguna alternativa real a sus estados miembros y asociados? ¿En qué beneficia la “entrada” de Cuba al bloque de naciones? ¿Qué papel tuvo el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva -otro aliado tradicional del Gobierno cubano-, en la exclusión de Venezuela? Responderemos estas y otras interrogantes en el explicador.
¿Qué es el BRICS?
El acrónimo se utiliza al menos desde 2001, cuando se comenzó a distinguir un grupo de países en desarrollo de rápido crecimiento (Brasil, Rusia, India y China). Originalmente se mencionaba sin la “S” final, pues Sudáfrica aún no formaba parte del bloque de economías emergentes con grandes dimensiones en cuanto a geografía y demografía.
El país africano se unió en 2010, dos años después de la formalización del grupo de naciones, en 2008. Desde entonces se conocen como los BRICS -por el nombre de sus países fundadores- a lo que es considerado por algunos de sus defensores como una alternativa al bloque de los países desarrollados, conocido como el G7 (Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón).
En 2015, nació con sede en China el Nuevo Banco de Desarrollo -con la aspiración a ser una alternativa al Banco Mundial-, que supuestamente busca facilitar transacciones entre los miembros sin imponer condiciones políticas. La presidenta del banco de los BRICS es la exmandataria de Brasil, Dilma Roussef.
A los estados BRICS originales se unieron cuatro países más en 2024: Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, claves a la hora de fijar los precios internacionales del petróleo y el gas.
“La ampliación del número de miembros era de esperar. Probablemente reforzará la importancia del grupo como foro de debate geopolítico, especialmente en Oriente Medio, de donde procede la mayoría de los nuevos miembros y donde China ha intentado aumentar su influencia”, declaró a BBC Mundo Michael Langham, analista de mercados emergentes de Abrdn.
“También es previsible que el grupo utilice su expansión como herramienta para influir en el debate político internacional y en el desarrollo de instituciones internacionales al margen del G7, el G20 y la ONU”, añadió.
Otros países han intentado unirse a la órbita de los BRICS, mientras que Argentina declinó la invitación tras la llegada a la presidencia de Javier Milei. Arabia Saudita no se ha unido oficialmente, a pesar de haber recibido una invitación.
El grupo incluye algunos países que son aliados, pero también algunos que son antagonistas y rivales, resumió The New York Times.
El principal objetivo de China, según el profesor Padraig Carmody, experto en geografía del desarrollo en el Trinity College de Dublín, es el de “aumentar su poder e influencia, especialmente en África”. “Quiere ser la voz líder del Sur Global”, dijo Carmody.
BRICS: “grandes apuestas y pocos acuerdos”
El economista británico Jim O’Neill, promotor del acrónimo BRIC en 2001 bajo la tesis de que “la gobernanza global”, ha aclarado que su planteamiento original no era “una tesis de inversión” en los BRICS, ni un apoyo a sus naciones fundadoras como parte de “un grupo político”.
“Desde que los Ministros de Relaciones Exteriores de Brasil y Rusia propusieron la idea de crear una agrupación política formal BRIC en 2009, he cuestionado el propósito de la organización, más allá de significar un gesto simbólico”, escribió O’Neill en un artículo publicado a finales de agosto.
También declaró en 2023 al diario Financial Times que la idea de una moneda común del bloque es “ridícula”. El experto, que llegó a presidir la firma Goldman Sachs y fue secretario comercial del Tesoro en su país, ahora es asesor de Chatham House, un think tank londinense de política y economía internacional.
El profesor Carmody coincide en este punto. Según expresó a BBC, sería poco práctico para los países del BRIC crear una moneda común porque sus economías son muy diferentes.
Por su parte, Michael Langham dijo a la BBC que “la preocupación de que el grupo desafíe por ahora la hegemonía del dólar parece exagerada, teniendo en cuenta que los objetivos geopolíticos de los miembros compiten entre sí y que éstos no están dispuestos a ceder el control sobre los tipos de cambio y/o la política monetaria”.
Evgeny Kogan, de la Escuela Rusa de Economía, hizo en su canal de Telegram Bitkogan la siguiente comparación: la población total de los países BRICS, de 3.500 millones de personas, representa alrededor del 45 % de la población mundial, mientras que su participación en el producto interior bruto (PIB) mundial es del 37,3 %. Su conclusión: “Es demasiado pronto para hablar de un nuevo orden mundial”.
Por otro lado, el grupo de naciones -que ciertamente adolece de la cohesión de la Unión Europea o la OTAN-, ha subrayado que sus miembros representarán desde 2024 el 39 % de las exportaciones petroleras mundiales y el 47,6 % de la producción mundial total de crudo.
Sin embargo, los convenios de los BRICS no se han traducido “en vinculaciones económicas muy estrechas ni proyectos creativos” tangibles entre sus miembros, de acuerdo con la opinión del analista y articulista de asuntos internacionales, Félix Gerardo Arellano. El bloque se ha posicionado en años recientes como “una opción alterna y rupturista” de corte político e ideológico contra las tradiciones económicas occidentales, apuntó Arellano en declaracione a la Voz de América (VOA).
Los BRICS no han fijado reglas de comercio ni concretado proyectos de desarrollo industrial entre sus integrantes, comentó Arellano. El especialista también advirtió que, si bien China se ha reafirmado como la segunda economía del mundo y la India ha crecido “rápidamente”, ninguno de los otros BRICS ha tenido un desempeño tan bueno como este par de naciones fundadoras.
“Brasil y Rusia representan aproximadamente la misma proporción del PIB mundial que en 2001, y Sudáfrica ni siquiera es la economía más grande de África”, apuntó.
No obstante, el presidente ruso durante un encuentro con medios internacionales describió la reciente cumbre de los BRICS como “exitosa” y “en lo que respecta al proceso de inversión, esto es crucial para países como Arabia Saudita y Rusia, así como para otros como China e India”.
“Es vital tener los medios para invertir de manera segura en los mercados emergentes; esto es de suma importancia”, dijo Putin.
¿Qué quiere Cuba?
Cuba entró a los BRICS como miembro asociado, al igual que Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
El economista Miguel Alejandro Hayes explicó a Martí Verifica que un socio de los BRICS es “una categoría que el grupo creó oficialmente este mismo año para las naciones que tienen interés, que pueden ser aliados, pero no miembros”.
Sobre las ventajas de ser socio, el investigador considera que “el grupo ha sido bueno para sus miembros plenos”. En cambio, la proyección de los BRICS hacia otras naciones, sobre todo de China, han sido acusadas de proyectos semicoloniales”.
“Por sólo mencionar ejemplos: la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una gran política de créditos de inversión otorgados a países de Asia, África y América Latina, en el que destaca el caso Sri Lanka y el ferrocarril Mombasa–Nairobi. Estas políticas chinas crean trampas de deudas para países atrasados y más bien constituyen una política del Gobierno chino para buscarle mercado a sus empresas”, detalló Hayes.
Desde la cancillería cubana señalaron que acceder al grupo como socio es un “paso indispensable” para poder alcanzar posteriormente la “adhesión como miembro pleno”.
Para John Kavulich, presidente del Consejo Comercial y Económico Estados Unidos-Cuba, la relación del régimen cubano con los BRICS “simplemente les da otro canal formal para pedir ayuda a un gobierno”, dijo a El Nuevo Herald.
“No quieren unirse a los BRICS porque les proporciona un modelo para todos los cambios económicos que necesitan hacer. Están tratando de conseguir que algún gobierno les dé dinero para no tener que hacer ninguno de esos cambios”, añadió.
Hayes coincide con Kavulich. Según declaró a Martí Noticias, Cuba podría buscar uniéndose a los BRICS “algún tipo de financiamiento, y recursos de inversión extranjera”. Advierte que se trata muchas veces de proyectos “que no responden a las necesidades de desarrollo de los países para potenciar su sistema empresarial”.
Díaz-Canel, está alineado con los gobernantes de los países autoritarios de Venezuela y Nicaragua, Nicolás Maduro y Daniel Ortega. Pero, en la XVI Cumbre de los BRICS estas naciones latinoamericanas quedaron fuera de la lista de países que aspiran a ser socios de las principales “economías emergentes” del mundo.
Por su parte, Estados Unidos dijo sentirse “preocupado” por las actividades de Rusia y China con Cuba, tras la cumbre del BRICS.
“Seguimos preocupados por las actividades de Rusia y la República Popular China con Cuba, y seguimos tomando medidas para contrarrestarlas. Seguimos confiando en que podemos cumplir todos nuestros compromisos de seguridad en nuestro país y en la región”, dijo un vocero del Departamento de Estado a Martí Noticias.
La soledad de Nicolás Maduro
El gobernante venezolano Nicolás Maduro acudió a la cumbre con la esperanza de ingresar al grupo, pero este fue bloqueado por Brasil, que se ha mostrado distante del chavismo luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, declaró a Maduro vencedor.
Celso Amorim, ex ministro de relaciones exteriores de Brasil y asesor de Lula da Silva para asuntos internacionales, explicó al diario O Globo -citado por Infobae- que el veto se debe a una “ruptura de confianza” con el régimen chavista.
“Yo no defiendo la entrada de Venezuela. Creo que hay que ir despacio. No sirve de nada llenar (los BRICS) de países, de lo contrario pronto se creará un nuevo G-77”, afirmó Celso Amorim, en declaraciones a CNN Brasil, afiliada de CNN.
A pesar del veto, el dictador de Caracas describió su participación en la cumbre de Kazán como “estelar”.
Fuentes consultadas
VOA
Martí Noticias
The New York Times.
Financial Times
BBC
CNN
Inbobae